Foto Juan Luis Naranjo |
Una temporada de seis años sin operaciones de zafra azucarera está a punto de concluir en el central “Brasil”, en el municipio de Esmeralda, Camagüey. Durante más de una veintena de meses, se llevó a cabo en este ingenio un amplio programa de inversiones y reparaciones capitales que pese a los altibajos concluyó hace unas horas con los resultados favorables de las pruebas de puesta en marcha.
De esta forma, las grandes expectativas en torno a la reincorporación a la molienda se están aclarando y el pitazo inicial volverá a escucharse el próximo 15 de diciembre en el batey –declarado Monumento Nacional-- de esa norteña zona de la provincia.
La incorporación del central “Brasil” a la venidera zafra azucarera permitirá a Camagüey, un territorio de amplio potencial azucarero, crecer un 25 por ciento en la producción de crudos en relación con el resultado de la pasada campaña.
Según ha trascendido en medios de prensa, además de este ingenio participarán en la elaboración de azúcar y otros derivados el “Batalla de las Guásimas”, en la parte sur, y los nombrados “Siboney”, “Argentina” y “Carlos Manuel de Céspedes”, situados en una especie de franja central de la provincia.
Las zafras en este territorio se caracterizan también por el aporte de energía eléctrica para la red nacional, a partir del bagazo como combustible, y la producción de alimento para animales en esta también importante zona ganadera del país.
La industria azucarera cubana representó un importante reglón en el mercado internacional, hasta la primera década de los años 90 del siglo anterior, en el que se produce una decadencia, por las condiciones financieras y materiales que trajo consigo el llamado Período Especial, tras el desmoronamiento de nuestros principales exportadores en el campo socialista.
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