Foto Orlando Durán, ADELANTE |
Por José Gilberto Valdés
Mírenlos como los veos: alegres y combatientes, como los Pinos Nuevos que destacó José Martí en el
reinicio de la lucha independentista. Este 30 de septiembre marchan por calles
y avenidas de la ciudad de Camagüey, al igual que en todas las capitales provinciales cubanas,
para expresar su repudio al terrorismo que tanto luto ha causado a nuestro
pueblo. Tres mil 478 víctimas.
Ahí van los pioneros
de las secundarias básicas, los
estudiantes de la enseñanza media y los universitarios. Junto a los libros, el
combate de las ideas para demandar la libertad de los compatriotas antiterroristas
Gerardo Hernández, Ramón Labañino y Antonio Guerrero, aún prisioneros en EE.UU.
Comento con mi acompañante, una de las precursoras de la Asociación de Jóvenes Rebeldes en esta ciudad,
como son otras maneras de reafirmación revolucionaria, que difieren de los mítines
de aquellos días en que la escuela de
Comercio, la de Maestros y el
Instituto de Segundo Enseñanza se unían para desenmascarar
a los “bitongos” (*) y apoyar las medidas de una nueva sociedad en desarrollo,
pero con el mismo fin de fidelidad a la Revolución.
(Foto Leandro Pérez, ADELANTE) |
Ahí van los jóvenes
trabajadores que se suman al desfile por calles de nombres históricos
Independencia, Avenida de la Libertad…, tras concluir la jornada laboral, una
de las tantas otras comprometidas en la actualización del modelo económico
cubano.
Ser de los camagüeyanos de “juventud acumulada”, me da el
privilegio de comparar a estos hombres y mujeres -más bien valorarlos altamente-
como los herederos de aquellos muchachos y muchachas que de esta y otras
tierras forjaron, con la manga al hombro, la economía agropecuaria, azucarera e
industrial de la extensa y despoblada sábana camagüeyana. Otras maneras de
hacer cambios, pero el mismo objetivo: más bienestar, más socialismo.
Ahí van los jóvenes de
uniforme verde olivo, también alegres y con un alto nivel de responsabilidad
con la Patria, con el reemplazo seguro a quienes más de medio siglo han defendido
con sangre y sudor las conquistas de la Revolución.
Más de diez mil protagonistas de esta marcha estudiantil y
juvenil son una muestra renovada de que “Soy Cuba”. Ha vuelto a tocar el clarín
para los pinos nuevos en la continuidad de la Revolución, que no ha cesado de
seguir el pensamiento de nuestro José Martí.
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