Por José Gilberto Valdés
josegvaldes@gmail.com
Para los cubanos, este 4 de marzo es un día luctuoso. Se recuerda aquellas explosiones que en horas de la tarde, hace 52 años hicieron temblar a la capital del país. Un sabotaje ocasionó la voladura del barco francés La Coubre en la Bahía de La Habana. En uno de los hechos más sangrientos cometidos contra Cuba perdieron la vida un centenar de personas y más de 200 recibieron heridas. Eran trabajadores portuarios y combatientes del Ejército Rebelde que participan en la descarga de armamento y municiones adquiridos en Bélgica. La Revolución apenas cumplía un año, pero afrontaba la imperiosa de asegurar la defensa de soberanía conquistada por el pueblo y que comenzaba a molestar al poderoso vecino del norte, batistianos, y sus acólitos. Durante el sepelio de las víctimas del acto terrorista, Fidel pronunció por primera vez la consigna ¡Patria o Muerte!, que nos ha acompañado en los importantes y decisivos momentos en la construcción de una sociedad socialista. Los cubanos de buena fe no olvidamos la Historia.
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