Por José Gilberto Valdés
Los cubanos desean al prójimo, primordialmente, mucha salud
en el año 2015. Mucha felicidad es por lo general el segundo augurio cara a
cara, por teléfono, en Facebook o correos electrónicos.
¿No le pasó a usted querido internauta?
En las noticias en las primeras horas de enero se perciben
realidades de esos anhelos. Los medios de comunicación nacionales anuncian que
la tasa de mortalidad infantil fue de 4,2 niños fallecidos por cada mil nacidos
vivos, para reiterar la cifra más baja en la historia de este país y similar a
los resultados en naciones del llamado primer mundo.
Y siempre estuvo allí, coleando, el dinosaurio del bloqueo
económico y financiero de los Estados Unidos, obstruyendo el paso.
Sin embargo, avanzamos y continuaremos la marcha ascendente
en los programas Materno Infantil y del Médico y la Enfermera de la Familia, que
abarca a todos los barrios y las comunidades rurales.
A este trascendental logro no son ajenos los hombres y
mujeres de la provincia de Camagüey, en la región oriental de la mayor isla de
Las Antillas, quienes muestran el dato preliminar de 4,7 en este indicador de
salud, puntualmente inferior al del año 2013.
En materia de salud pública, hombres y mujeres de este territorio
sudaron la gota gorda durante los doce meses anteriores en tareas de reparación
capital y rehabilitación de los principales hospitales universitarios “Manuel
Ascunce Domenech” y “Amalia Simoni”, al igual que el materno “Ana Betancourt” y
decenas de instalaciones de la atención primaria.
Aunque no presagio el ingreso de alguna persona a esas
remodeladas instituciones, me satisface conocer que dispondrían de excelentes y bien preparados doctores y
personal paramédico, quienes poseen el sello profesional que los hace
trascender a los trabajadores de la salud cubanos en el mundo entero.
Los deseos de mucha salud también tienen en cuenta a
aquellos adultos mayores, que son una proporción de 18 por cada 100 cubanos. El
enfrentamiento al desafío demográfico está bien pensado y puede ser
perfectible. El Gobierno Revolucionario prioriza la atención integral y
ampliación de las Casas de Abuelos y los Hogares de Ancianos en todo el país.
No serán almacenes de viejos. Se trata de mejorías en una estancia apacible,
entretenida a sus intereses, con la alimentación adecuada y servicios médicos
para la rehabilitación biológica, psicológica y social. En fin, hacer realidad
el pensamiento de José Martí de No
hay cosa más bella que amar a los ancianos; el respeto es un dulcísimo placer…
Los ancianos son los patriarcas.
Entre los beneficios para todos los hombres y mujeres de
esta nación caribeña -sin distinción de edad, diversidad étnica o credo- tienen
una base sólida en el Presupuesto del Estado para el año 2015, en el que se
designa el 29 por ciento de los gastos corrientes a la Salud Pública. Por tal
razón, son acertados los augurios de salud y felicidad en las salutaciones de
año nuevo.
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