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viernes, 30 de enero de 2015

500 más 1




Por José Gilberto Valdés

Cuando faltan unas horas para marcar el último día de enero en el almanaque,  recurro  -pesar mío- a la manida frase: “El año se fue volando”. Podría, incluso,  iluminar mi rostro con una expresión de asombro, en modo alguno simulada, cuando preparo la agenda de objetivos para la próxima semana en Televisión Camagüey - INTERNET,  y me doy cuenta de una fecha: dos de febrero.
Hace un año, los camagüeyanos estaban inmersos en la jornada conmemorativa del medio milenio  de la otrora Villa de Santa María del Puerto del Príncipe. Además del orgullo por la tradición histórica y cultural en una de las localidades más antiguas del país, los lugareños pasaban balance a un conjunto de tareas realizadas en 36 meses para remodelar y ambientar el patrimonio tangible de la ciudad.

En la sumatoria de ideas y proyectos que vieron la luz, más bellos y funcionales, se encuentran edificios y viviendas, establecimientos gastronómicos y de servicios, complejos comerciales como  la Caridad y Santa Rosa, además de la transformación total de las céntricas calles Ignacio Agramonte (con la novedosa temática de cine) y las Maceo y República (convertidas en circuitos peatonales), y la transformación de principales hospitales y centros de salud, o  un  desolado embalse de agua convertido en atractivo complejo recreativo.
Recuerdo en un artículo publicado en el blog El Lugareño alrededor de fecha, la mención al trabajo coherente de los propios principeños, sin la necesidad de  un ejército de constructores provenientes de otros lugares de la Isla,  presupuestos financieros especiales o un halo de misterio.
En aquel momento, despojado  del vestuario de profeta, afirmé ¿SE ACABÓ?: Claro que no. Aún nos queda mucho camino por delante. Tendremos fechas de inspiración laboriosa por el abril de la victoria de Girón, el  proletario Mayo,  el cambiazo en la historia cubana provocado en Julio. El año 2014 aún es muy joven”.
En los posteriores  doce meses, continuamos los camagüeyanos con el pensamiento positivo sobre planes pendientes o en “algo” novedoso y luego  realizarlo sin mirar el reloj hasta concluirlo en breves plazos. Muchas obras inauguradas dan fe de este esfuerzo colectivo.
Tengo en este minuto la premoción  de que el 500 más 1, tendrá un gusto agradable y de satisfacción. Después continuamos con la mango al codo en la laberíntica villa principeña.

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