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miércoles, 30 de abril de 2014

TENEMOS QUE EMPLEAR TODO EL TIEMPO EN UNIRNOS, EN APOYAR LA REVOLUCIÓN

  • Cincuenta y cinco años celebrando el Primero de Mayo como hombres y mujeres libres.
  • La presencia del Comandante del Ejército Rebelde Camilo Cienfuegos en el acto por el Día de los Trabajadores celebrado en el parque Casino Campestre, de la ciudad de Camagüey.
  • Hoy trabajamos para reafirmar la afirmación de Camilo: “Hermanos camagüeyanos, ¡van muy bien!”.
 

Llega el  Día Internacional de los Trabajadores y con él para los camagüeyanos, como para los cubanos todos, una jornada de fiesta. Aunque se repasan  los aciertos productivos y se reconoce cuánto queda por  hacer, la clase obrera de la Isla sabe de la certeza de sus conquistas, del disfrute de la oportunidad de un empleo,  del respeto a sus derechos laborales y a ser escuchados desde la fábrica hasta el Parlamento. Por eso las imágenes un 1ro de Mayo  desde cualquier rincón del país caribeño sorprenden a un  mundo donde las protestas obreras colman noticias y desmoralizan sistemas.
 En Cuba el panorama cambió a partir del triunfo de la Revolución. Comenzaba una época muy diferente a la de 1890 cuando se celebró por primera vez el día proletario, en medio de, prácticamente, el estado de sitio decretado por las autoridades coloniales españolas. Entonces la marcha fue desde Campo Marte (hoy parque de la Fraternidad) hasta las esquinas de Virtudes y Consulado. Participaron alrededor de tres mil trabajadores y dieron cumplimiento al acuerdo del congreso de la Internacional, efectuado en París el año anterior. Luego,  el primer desfile tuvo lugar  en la República en 1925. Asistieron unas 40 mil personas.
Posteriormente,  y  hasta el triunfo revolucionario en 1959, la clase obrera demostraba su pujanza a contrapelo de los abusos de los gobiernos pro yanquis; sedimentando así una conciencia de clase,  cuyo apoyo a los movimientos sociales fue incomparable.
A nadie beneficiaron más las medidas de la Revolución naciente que a los trabajadores y al campesinado. Se visibilizaba un sector mayoritario y desposeído hasta entonces. Se le retribuían sus esfuerzos y crecían las oportunidades de superación individual y familiar. El proletariado cubano comenzaba a tener razones para festejar.
Y en este primer respaldo de los obreros a su gobierno rebelde “de los humildes, por los humildes y para los humildes”, al decir de Fidel, si los capitalinos no pudieron  contar en la entonces Plaza Cívica (hoy Plaza de la Revolución) con Fidel,  quien asistía a la Conferencia de los 21 en Argentina, -aunque  sí con el Comandante Raúl Castro-, los camagüeyanos aun recuerdan con la misma emoción la presencia en tierras agramontinas del Comandante Camilo Cienfuegos.
En  el Casino Campestre de la ciudad de Camagüey, el Señor de la Vanguardia y uno de los líderes rebeldes más populares,  fue ovacionado por los camagüeyanos, tras un discurso cuya convocatoria está vigente: “Tenemos que emplear todo el tiempo en unirnos, en apoyar la Revolución, en apoyar las medidas revolucionarias que a diaria está dictando nuestro Gobierno…” 
Incluso Camilo se refirió a que había visto cartelones en que los obreros pedían armas y deseaban organizarse para recibir instrucción militar y acerca de ello, expresó: “Los obreros quieren instrucción militar y nosotros les daremos a esos obreros instrucción militar, se la vamos a dar porque el pueblo y los trabajadores son iguales que los soldados de este Ejército; porque todos estamos para defender la causa común.”
Finalmente, Camilo exclamaba para terminar su intervención de aquella oportunidad: “[…] este Camagüey que está marchando a la vanguardia de las provincias revolucionarias”, y de inmediato sentencia: “Hermanos camagüeyanos, ¡van muy bien!”.
Transcurridos 55 años de aquel momento histórico,  cuando desfilemos por el Día Internacional de los Trabajadores, honraremos al Comandante Camilo Cienfuegos, convencidos y dispuestos a preservar todo por lo que entregó su vida.
 
(Tomado del blog Cuba Linda, de Maria del Carmen Fuentes)

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