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viernes, 15 de marzo de 2013

LA OTRA PROTESTA DE BARAGUÁ


El invasor somalí no pudo detener el avance de las tropas blindadas cubanas y la infantería etíope.  
 José Gilberto Valdés 
(Fotos de Ismael Francisco, tomadas de Cubabate)
La Protesta de Baraguá constituye un hito en las luchas por la liberación de la dominación española. Hasta el 15 de marzo de 1878 había transcurrido una década de desgastes de las tropas mambisas (insurrectas), en la que además se apreciaba un incontrolable caudillismo, ausencia de mando único y otras indisciplinas.
 El habilidoso general ibérico Arsenio Martínez Campos aprovecha la oportunidad con una propuesta a las fuerzas cubanas, que en modo alguno significaban los objetivos de rebeldía: independencia y abolición de la esclavitud.
Muchos criollos en guerra no aceptan las enmiendas, y lo hicieron notar públicamente, entre ellos el Mayor General del Ejército Libertador Antonio Maceo, un mulato “…nacido como la mayoría de los mambises de fila en cuna de palmiche…”(*) convertido en leyenda, con la fuerza en el brazo y la inteligencia.
En un lugar de la región oriental de la Isla, conocido como Mangos de Baraguá, se produjo la célebre entrevista de Antonio Maceo con el alto oficial español, en la que rechaza el abominable pacto. Días después de la digna protesta,  se reanudaban las acciones de las fuerzas independentistas. Con ese ejemplo como referencia, no cesó la lucha en las generaciones sucesoras hasta la total liberación.
Cien años después, el 15 de marzo de 1978, herederos de la intransigencia revolucionaria  de Maceo reeditan otra “Protesta de Baraguá”, nombre de la operación militar de internacionalistas cubanos  que compartieron el heroísmo del ejército y la milicia etíope para expulsar a los invasores somalíes en las desérticas tierras del Ogaden.

Orlando Cardoso Villavicencio. Héroe de la República de Cuba.
 Prisionero en Somalia durante casi 11 años.
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Cuba y otras naciones  habían desplegado con antelación gestiones diplomáticas para evitar el conflicto,  pero Somalia se desentendió  y sus fuerzas armadas penetraron demoledoramente para satisfacer sus deseos geófagos en el territorio de Etiopía, cuyo gobierno revolucionario solicitó, entonces,  la colaboración de la isla Antillana y otros países socialistas.
Desde finales de 1977, acudieron al país norafricano grupos de militares cubanos para el asesoramiento del ejército y la formación de brigadas de milicianos, que en breve plazo partían al frente, con la decisión de vencer o morir. De esos acontecimientos fui testigo y protagonista.
En tanto, en la Isla se preparaban las unidades combatientes que marcharon a Etiopia en cumplimiento de la misión “Protesta de Baraguá” para reforzar la defensa de la soberanía del hermano país del “Cuerno Africano”.(**)
El 15 de marzo de 1978 , se corona exitosamente en el

En el poblado fronterizo de Jijiga coincidieron la ofensiva   
fronterizo poblado de Jijiga una compleja ofensiva de tanquistas cubanos y milicianos etíope que marcharon audazmente a través de peligrosos senderos en una zona montañosa al Norte y el despliegue de otras brigadas blindadas por el Sur. Los somalís, tras una fuerte resistencia, se retiraron desorganizadamente.En el acto de conmemoración por el centenario de la Protesta de Baraguá, el Comandante en jefe Fidel Castro destacó:
 “… Es admirable como hijos de nuestro pueblo fueron capaces de marchar a un lugar tan lejano y combatir allí como si hubiesen estado combatiendo en su propia patria. ¡Ese es el internacionalismo proletario! Eficientes y valientes soldados revolucionarios hicieron rápidamente magnífica amistad, y crearon estrechos vínculos con los admirables combatientes revolucionarios etíopes; fueron recibidos con extraordinario cariño por el pueblo etíope…”


*(Retorno a la alborada, Raúl Roa)
** (“Carta a Alberto Montaner”. Julián Gutiérrez Alonso. Cubadebate)




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