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lunes, 25 de junio de 2012

San Juan a la camagüeyana



Por José Gilberto Valdés

HACE DOS SIGLOS. Varios jinetes recorren a todo galope una de las principales calles polvorientas  de Santa María del Puerto del Príncipe. Una multitud de lugareños y visitantes animan a los competidores. Se trata de una de las singulares competencias de habilidades que solo se originan en el mes de junio, con la llegada de la primavera.

Transcurren los días de San Juan Bautista y de San Pedro, pero no se trata de festejos religiosos, más bien profanos, pues  son los  hacendados, encomenderos y peones que recién han vendido los rebaños de ganado vacuno que cada año traen a los alrededores de la villa.


A la fiesta se suman los residentes que abren los portones de las viviendas para acoger a los ganaderos con gustosos manjares y bebidas.  Además, en muchos lugares se prepara un excelente ajiaco, un espeso caldo con las carnes saladas y viandas que han traído los monteros.

Con el pasar del tiempo, a la fiesta se suman los paseos vespertinos de volantas con refinados pasajeros, junto carretas engalanadas y  personas cubiertas de cabeza a los pies con sábanas (ensabanados)  y otros rústicos disfraces, conocidos como “mamarrachos”.

Cronistas de las fiestas “sanjuaneras” como Gaspar Betancourt Cisneros, El Lugareño,  escribió: “Era todo un saltar en la cama, almorzar o no, ir al pesebre o patio, ensillar el caballo, salir a la calle a dar carreras, gritos desaforados, provocar a los mirones, invitarlos, llevárselos, burlarse de las viejas, decirse sendas claridades, al feo, feísimo, al tonto tantísimo, al plebeyo, plebeyísimo (…)”   

24 JUNIO 2012 Una cabalgada ha partido desde Casino Campestre, el mayor parque urbano de Cuba, hacia el sur de la ciudad de Camagüey.  En las cercanías se inauguraba un nuevo recinto de feria agropecuaria. La amplitud de lugar resultó empequeñecida por la cantidad de público, unos con los distintivos sombreros vaqueros, camisas a cuadros y pantalones vaqueros, otros simplemente con las vestimentas domingueras.  Todos aprecian el retorno de una tradición de bienvenida a la primavera, ahora con nuevos compromisos en la llamada zafra lechera, un importante reglón económico de la provincia que representa la cuarta parte de la producción del pais.

En los barrios, los vecinos elaboran en una gran olla el tradicional ajiaco, un plato que distingue a la cocina camagüeyana. En medio centenar de lugares de la capital provincial se han creado áreas para bailes populares y ofertas gastronómicas. Por las principales calles se realizarán desfiles de personas disfrazadas,  congas, comparsas y carrozas.

En la tarde del 29 culminará la fiesta con el simbólico entierro de San Pedro que recorre las principales vías de la otrora villa principeña, acompañado de la música de orquestas de charangas y el retumbar de tambores, sumando a centenares de personas orgullosos de la tradición del San Juan a la camagüeyana.


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