Por José Gilberto Valdés
Hoy
CATORCE de junio coinciden los natalicios de dos grandes hombres cuya ejecutoria fue significativa en el pensamiento revolucionario cubano.
En Santiago de Cuba, al este de la Isla, nació hace167
años Antonio Maceo Grajales, mientras
que allá muy al sur, en Argentina, vino al mundo 84 años atrás Ernesto Guevara de la Serna, el
Che.
Maceo, conocido como el Titán de Bronce, ascendió de
soldado a mayor general del Ejército Libertador, con inteligencia y fuerza en
el brazo que empuñaba el machete o el revólver durante decenas de combates en las dos guerras de independencia del colonialismo español,
desde el año 1868 hasta que fue abatido el 7 de diciembre de 1896.
Guevara, el Guerrillero Heroico, vino a Cuba como
médico en la expedición del Yate Granma, en diciembre de 1957, y llegó a La
Habana, en enero de 1959,con el grado comandante del Ejército Rebelde,
tras el derrocamiento de la tiranía de
Fulgencio Batista. Luego libró combates por el desarrollo político y económico del
país, hasta que “otras tierras del mundo
reclamaron el concurso de sus modestos esfuerzos….”, como escribió al
despedirse de los cubanos.
Además de la valentía y estrategia militar en el
cumplimiento de sus deberes como soldados, del mulato oriental y el argentino todos
hemos heredado el sentimiento de justicia, la entrega total al servicio de los
oprimidos, y el carácter antimperialista.
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