Por José Gilberto Valdés
Aquel 27 de marzo de 1976, se retiraban los últimos soldados
de las fuerzas armadas y equipos bélicos sudafricanos que desde mediados de
octubre habían invadido 700 kilómetros en la profundidad del territorio angoleño,
con la esperanza de detener la independencia de la más extensa y rica de las colonias portuguesas.
Para
esa fecha, también habían sido desmantelados los objetivos similares de la
UNITA (Unión Nacional para la Independencia Total de Angola) y FNLA (Frente Nacional para la Liberación de Angola) --respaldadas por decenas de millones de dólares
provenientes de los Estados Unidos (Presidente Gerald Ford)-- en una “guerra
civil” para impedir que asumiera el poder el MPLA (Movimiento Popular de Liberación de
Angola), de probadas raíces independentistas, democráticas y humanistas.
De esta forma, hace cuarenta años, se
escribían las páginas de uno de los capítulos del internacionalismo, leal y desinteresado de la historia cubana, en ayuda de las Fuerzas
Armadas Para la Liberación de Angola (FAPLA), que se había iniciado en octubre de
1975 con la presencia de unos centenares de instructores militares cubanos. En
los primeros días de noviembre arriba el primer batallón de tropas regulares,
cuando el enemigo estaba a 25 kilómetros de Luanda. Como parte de los pasos iniciales
de la conocida
como la “Operación Carlota”, ya en febrero del 76, más de treinta mil cubanos de unidades regulares y reservistas, trasladados por aviones y en barcos de la Marina Mercante, combatían en cuatro, especialmente el sur.
como la “Operación Carlota”, ya en febrero del 76, más de treinta mil cubanos de unidades regulares y reservistas, trasladados por aviones y en barcos de la Marina Mercante, combatían en cuatro, especialmente el sur.
Tras
más de cuatro meses de enfrentamiento a las bien apertrechadas fuerzas del apartheid, el ejército de Zaire, las
desacreditadas organizaciones de la UNITA y FNLA, junto a los mercenarios
blancos, se logra la gran victoria con
la colaboración de combatientes cubanos, a diez mil kilómetros de
distancia de sus casas y familiares, de la Patria forjada con acero y fuego.
Días
después de ese acontecimiento, que llamó la atención de todo el mundo y causó
irritación y desconcierto a los principales personajes del Gobierno
norteamericano, el Comandante en Jefe
Fidel Castro, al conmemorar del XV Aniversario de las acciones heroicas
de Playa Girón, destacaba: “La victoria de Angola fue hermana gemela de la
victoria de Girón. Angola constituye para los imperialistas yanquis un Girón
africano”…
Las
acciones bélicas contra el pueblo angolano no se detuvieron aquel 27 de marzo
de 1976. En esa porción de la geografía africana -once veces mayor que Cuba-, se continuó derramando sangre
cubana por muchos años, pues tanto Pretoria como Washington y las fuerzas contrarrevolucionarias
no cejaron en sus intentos de
desestabilizar el gobierno legítimo encabezado por el MPLA. Al fin, en el año 1987,
en Cuito Cuanavale, otro fuerte contingente de internacionalistas cubanos,
junto a las FAPLA y combatientes namibios estrecharon lazos de amistad, para “sacar
a Sudáfrica de Angola y obligarlos también a salir de Namibia” (1).
Alrededor
de 350 mil combatientes y colaboradores
civiles fueron protagonistas en Angola de importantes capítulos de la historia
verdadera de Cuba. En días como hoy, las nuevas generaciones en la mayor de las
Antillas defienden las conclusiones correctas de las lecciones del
internacionalismo cubano.
Fuentes: discursos de Fidel el 19 de abril de 1976, XV aniversario de Playa Girón y el 2 de diciembre de 2005, en el aniversario
30 de la Misión Militar cubana en Angola.
(1) Jorge Risquet
Valdés, http://www.radiorebelde.cu/noticia/como-salvo-cuba-independencia-angola-audio-20151111/
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