Por José Gilberto Valdés
josegvaldes@gmail.com
Camilo es, sencillamente, un hombre del pueblo, que salió del pueblo… Así destacó Fidel al confirmar desaparición del Comandante del Ejército Rebelde, tras once días de intensa e infructuosa búsqueda, por mar y tierra.
El 28 de octubre de 1959, Camilo Cienfuegos Gorriarán había partido desde la ciudad de Camagüey, en la región centro oriental de la Isla, hacia La Habana, en vuelo que realmente enrumbó la eternidad. Aún no se había cumplido el primer año del triunfo revolucionario, cuando los cubanos lamentaron la desaparición física del hombre conocido por su sombrero alón, la sonrisa permanente y las mil hazañas que lo convirtieron en el “Señor de la Vanguardia”.
El hombre hecho leyenda nació hace 80 años, el 6 de febrero de 1932, en Lawton, Ciudad de La Habana. Hijo de padres españoles. Las contrariedades económicas de la familia obstaculizaron desde sus aspiraciones en la escuela de Bellas Artes “San Alejandro” hasta las de aprendiz de sastre. Viajó incluso a Estados Unidos pero decide regresar indignado por la explotación a que eran sometidos los trabajadores emigrantes.
De nuevo en la capital del país, el joven Cienfuegos adquiere credenciales en las protestas estudiantiles contra el dictador Fulgencio Batista, en las que fue detenido. También resultó baleado durante una manifestación en honor del héroe independentista cubano Antonio Maceo.
Retornó al exilio en Estados Unidos, pero lo expulsaron al vencerse el permiso de residencia y enviado a México. En este país latinoamericano, contactó con Fidel y fue los últimos hombres en incorporarse a la expedición del yate Granma (2 diciembre 1956). A fuerza de coraje, inteligencia, audacia y sacrificio en la Sierra Maestra, al oriente de la Isla, y durante la marcha hacia el occidente al frente de una columna de rebeldes, se convirtió según el Comandante Ernesto “Che” Guevara en el más grande jefe guerrillero que dio esta Revolución.
En generaciones de camagüeyanos, queda por siempre el recuerdo del valeroso Comandante rebelde que en la mañana del 20 de octubre de 1959 enfrentó y controló con el apoyo del pueblo la intentona contrarrevolucionaria del mando militar de la provincia, que pretendió confundir a los verdaderos patriotas.
Para todos los cubanos, Camilo es ejemplo de luchador abnegado y de fidelidad a la Revolución.
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