Por
José Gilberto Valdés
Cada
padre, como manager del equipo de béisbol, tiene su “librito”. Quizás en
tiempos actuales de la informatización tendría que escribir “tutoriales”. Cualquiera
de ellos en sus individuales supera a una decena de capítulos de los variados textos
del Buen Papá.
En
particular, quiero hablar del Juan que hacia pinitos para estirar el modesto
salario de obrero gráfico con el fin de titular a sus hijas como maestra y contadora
- al igual que a una prima-, y convertir la casa de la calle San Esteban en punto de confluencia,
para buenas y malas, de la familia y de
los vecinos.
Yo, el varón y más pequeño consentido, esquivé sus
aspiraciones de convertirme en educador
y, al final, apoyó que fuera periodista aun con su punto de vista de “un
oficio de mucho trabajo y poca paga”.
Es
difícil olvidarme de las enseñanzas del
viejo. No soportaba injusticias ni mentiras. La mano está para extenderla, sin
sacar cuentas. Parco de palabras, genio de isleño, no bordeaba las piedras en
el camino: seguía caminando. Si un ciclón derribó el viejo y frondoso tamarindo,
pues lo cortamos con cuñas de hierro para hacer un horno de carbón.
Se preocupó
por que estudiara ortografía y mecanografía.
La sonrisa en el polvoriento camino animó mis domingos en los campamentos de
movilizados a la zafra. !Ahí me quedaba otra semana!
Mucho
tiempo compartimos la ausencia involuntaria de mima y la diáspora de la
familia. Por poco dominio en el fogón, compartíamos
en las tardes un almuerzo adicional del comedor de la imprenta. En la limpieza
de la casa éramos más hábiles.
Cuando
en la nueva familia que formé, fueron necesarias despedidas en el rumbo a lo incógnito
de tierras africanas, el viejo me decía, simplemente, “pórtese bien” con su
mano en el hombro, tal si el viaje fuera por cuestiones de trabajo a un lugar
cercano o, cuando niño, a la escuela.
Juan
tenía su librito. Yo tomé notas sobre la laboriosidad, la defensa de la familia,
vencer la piedra en el camino… para ser buen papá. Como a él se me hincha el
pecho de orgullo al escuchar “que buenos han salido tus hijos”. Funciona el
tutorial.
No hay comentarios:
Publicar un comentario