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viernes, 11 de diciembre de 2015

Los norteamericanos y el ¨ inseguro ¨ médico



Por Ernesto Pantaleón Medina



En los Estados Unidos están algunas de las mejores clínicas y centros de investigación del mundo en el área de las ciencias médicas, algo que resulta imposible negar, como tampoco puede obviarse que son de los más adelantados en la producción de medicamentos.

Pero de ahí a que estos recursos estén al servicio de todos los ciudadanos de ese país, existe una distancia al parecer insalvable para los millones de personas con bajos ingresos, quienes deben acudir a modestos hospitales donde se exige la tarjeta que acredita el pago previo del correspondiente seguro… de gratuidades nada.


Hace algún tiempo, una   investigación del Fondo Commonwealth, con sede en Nueva York, afirmaba que la primera potencia mundial, cuna de las oportunidades y defensora de los Derechos Humanos, muestra ¨ las experiencias más negativas vinculadas al seguro de salud ¨.

A partir de un análisis de los once países más ricos del mundo, la entidad refería que los norteamericanos son las personas más propensas a no recibir atención médica, por su elevado costo, y agregaba que aunque posean el seguro, éste no alcanza a pagar las facturas de la asistencia.

Luego de la encuesta que abarcó a unos 20 000 casos de Australia, Canadá, Francia, Suecia, Gran Bretaña y otros seis países incluido EU, los investigadores concluyeron que uno de cada tres ciudadanos adultos de esta nación ¨ no recibieron atención médica, no vieron a un médico cuando estuvieron enfermos o no pudieron comprar los medicamentos debido a su costo ¨, mientras uno de cada cinco tiene grandes problemas para pagar la factura médica.

¿Y los derechos de esos seres humanos, que demandan como una caridad algo que puede salvar sus vidas y que se les cobra? ¿Cuál es la esperanza de un niño pobre que necesita un trasplante de corazón  u otra costosa operación quirúrgica?

La respuesta que, sin inmutarse, o quizás con un hipócrita rubor ofrecería  el facultativo a cargo en el difícil trance, pudiera ser  ¨ nada puede hacerse, salvo tener fe y esperar un milagro…¨


Mientras muy cerca, en medio de carencias extremas fraguadas 90 millas al norte, una pequeña isla bloqueada se esfuerza por mantener absolutamente gratuito, un sistema de salud que es ejemplo en el mundo, y además, envía miles de médicos y enfermeras a salvar vidas en todos los confines, donde no recaudan dólares, pero cosechan amor y respeto.
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