Obama:¿Una nueva política de Estados Unidos hacia Cuba?
Hasta Hillary Clinton, su antigua secretaria de estado, le ha dicho que debe cambiar la política, echando abajo el Bloqueo contra Cuba.
(Tomado de Dialogar, Dialogar, por Esteban Morales )
- Obama acaba de cambiar 5 talibanes, terroristas de la peor clase, por un oficial norteamericano prisionero, operación que ha resultado muy cuestionada. ¿Qué espera Obama para canjear por Alan Gross a los 3 antiterroristas cubanos que llevan más de 15 años presos en cárceles norteamericanas.
A casi seis meses del segundo mandato de Barack Obama, parece estarse
gestando un acercamiento entre ambos países. Como es exactamente ese
acercamiento, aun no lo sabemos. Por lo que ahora, más que nunca antes,
necesitamos que la gente esté informada de los procesos que tendrán
lugar. Pues evitar las sorpresas en las circunstancias dentro de las
cuales parece que comenzaremos a vivir, desde ahora en adelante, es
vital para calibrar las reacciones que en la sociedad civil cubana se
pueden comenzar a producir.
Se han venido acumulando una serie de acontecimientos, que parecen
estar impulsando el cambio de política de Estados Unidos hacia Cuba.
Sin dudas, ello es el resultado de que se ha producido ya un cambio del
contexto general estratégico, en que Estados Unidos ha desenvuelto su
política hacia Cuba hasta ahora. Y parece que Estados Unidos quiere ajustar su política a ese nuevo contexto, dentro del cual, Cuba ha acaparado una atención nunca antes disfrutada.
Desde 1977, con la administración de James Carter, Cuba y Estados
Unidos, no ponían de manifestó una voluntad mutua de acercamiento
negociador. Principalmente Estados Unidos, porque Cuba hace mucho tiempo
ya que ha expresado su voluntad de conversar, siempre que ese
acercamiento se haga sobre bases igualitarias y de respeto a la
soberanía e independencia de Cuba. Sin embargo, Estados Unidos, nunca
había respondido a ese ofrecimiento. Parecía, no estar convencido de las
bases que Cuba propone. Ni dio respuesta a la agenda que Cuba ha
sugerido.
Por fin, en el mes de mayo del 2014, la Sra, Jacobson, subsecretaria
de Estado y Josefina Vidal, Directora de América del Norte de la
Cancillería Cubana, se reúnen en Washington con el propósito, al
parecer, de iniciar conversaciones sobre asuntos de mutuo interés.
Se trata de un acontecimiento de no poca relevancia y del cual no
tenemos antecedentes desde la Administración Carter, hace 37 años.
Vuelve a ser un demócrata, quien sugiere el acercamiento. J.F. Kennedy
lo sugirió, en mensaje enviado a Fidel Castro, que este recibía el mismo
día del magnicidio de Dallas; le siguió Carter en 1977 y ahora Obama
parece estar repitiendo la historia. Se dice que, “a la tercera va la
vencida”, veamos si es cierto.
¿Cuáles son las circunstancias que ahora han llevado a este clima de
acercamiento? ¿Qué hay de nuevo en el contexto actual que parece
favorecer el acercamiento entre Cuba y Estados Unidos?
En primer lugar, considero que desde que tomo la presidencia, Obama,
trato de inaugurar un nuevo momento para las relaciones con Cuba, al
menos diferenciarse de Bush. Pero lo hizo de manera limitada, eliminando
las restricciones a los viajes y remesas que G. Bush había impuesto a
Cuba, manteniendo la política de bloqueo, dividiendo este último en dos y
comenzando el despliegue de una política de “Subversión Pacifica
Interna “. Limitando los acercamientos a conversaciones sobre asuntos
muy puntuales. Conversaciones en la Base Naval de Guantánamo,
colaboración interguardacostas en la interdicción del narcotráfico,
correos, ampliación de visas hasta los límites de ofrecer a veces
visados por 5 años, extender el tamaño, contenido y valor de los
paquetes, ampliar el carácter de los vuelos, ampliar ilimitadamente las
remesas, eliminar las restricciones de a quienes considerar familiares,
flexibilizando los “contactos “pueblo a pueblo” y los intercambios
académicos.
Pero sin embargo, ampliando el bloqueo, presionando con las multas
financieras a la banca que tuviera relaciones con Cuba, hasta llegar a
multar con las más fuertes cantidades y al mismo tiempo, incrementando
el dinero a la AID para financiar el trabajo político subversivo dentro
de Cuba. Así como suspender las conversaciones migratorias entre ambos
países, las que solo recientemente se han reanudado.
Pienso que este tipo de política antes caracterizada, que puede ser
considerada como de “compás de espera”, se ha debido al intento de
aprovechar la compleja situación interna que Cuba ha atravesado, dentro
de un proceso de cambios, caracterizado por la intención de la Isla de
reconstruir su modelo económico, como factor básico de superación de las
dificultades internas en que las que está inmersa.
No obstante, sin dudas, “el tránsito de poder en Cuba”, marco una
nueva situación que ha sido seguida muy de cerca por la administración
de Obama. “El soplo de aire fresco” traído por la nueva administración
cubana, ha hecho que la administración norteamericana aguce más la vista
hacia Cuba. Pues la pregunta siempre había sido “¿Que pasara en Cuba
cuando ya Fidel no sea el presidente? esa pregunta, considero que ha
sido respondida con creces y no ha ocurrido nada de lo esperado. Por lo
que pienso que ello ha sido una señal clave para anular esperanzas
malignas de los enemigos de Cuba, acariciadas durante mucho tiempo.
No obstante, al parecer, el interés de Obama por retirarse de la
administración con una nueva política hacia Cuba, que trajera como
resultado la subversión del régimen político en Cuba, no ha sido posible
concretarlo hasta hoy, produciéndose una situación que es la siguiente:
1. La estrategia de política seguida por Obama no ha dado los
resultados esperados. A la administración se le agota el tiempo y los
acontecimientos no parecen avanzar en la dirección de obtener los
resultados que Obama se trazó al principio.
2. Cuba, por su parte, avanza en sus intenciones de recuperarse
económicamente, trabajando por un Nuevo Modelo Económico que de
sistematicidad y continuidad sustentable a su desarrollo económico,
mientras que la política de bloqueo cada vez más aparece como un
fracaso. Las nuevas medidas migratorias adoptadas y La Nueva de Ley de
Inversiones Extranjeras, han resultado dos golpes al mentón de la
política norteamericana. Además, el prestigio internacional de Cuba
crece indetenidamente. Nunca antes, en los más de 50 años transcurridos,
Cuba había acumulado un prestigio internacional como el que ahora
tiene. Mientras que a Estados Unidos le ha estado ocurriendo todo lo
contario. Cuba ha logrado plantar sus banderas de lucha y hacer causa
común en el hemisferio, mientras que Estados Unidos es excluido de
muchos de los foros regionales. Estados Unidos ha perdido fuerte cuotas
de control y del poder de que antes disfrutaba, mientras Cuba negocia
entre iguales con todos los que antes fueron socios potenciales de la
potencia imperial. En fin, Estados Unidos resulta excluido de mucho de
los foros de los que antes le hubiera sido fácil excluir a Cuba. Todo
ello ha tenido lugar en el breve decursar de menos de 50 años.
3. Los problemas que Obama ha acumulado en su política, tanto interna
como exterior son muchos y complicados: no termina de salir de la
crisis económica; la pobreza ha aumentado desmesuradamente y la
concentración de la riqueza también. Aumentan las presiones migratorias
internas, son palpables las divisiones dentro de la sociedad
norteamericana, continua cayendo la popularidad del presidente y del
congreso; por lo que los peligros para la reelección presidencial de un
demócrata aumentan también. Obama va perdiendo prestigio en el orden
económico internacional, aumentan las presiones económicas de China,
Rusia, los BRICS; Europa cada vez está en peores condiciones de ayudar a
la recuperación económica de Estados Unidos; América Latina y el Caribe
cada vez más se independizan de Estados Unidos y en general su
hegemonismo económico de Estados Unidos está en sus peores momentos.
4. En su política exterior, Estados Unidos acumula muchos fracasos,
Irak y Afganistán no se recuperan, todo lo contario, han caído en manos
del terrorismo del Talibán como nunca antes. Siria parece estar
superando la guerra de exterminio a la que Estados Unidos y sus aliados
han querido someterla. Libia se ha convertido en un país no visitable
por Obama, Egipto lucha por salir de la crítica situación en que se
encuentra, Nigeria deviene en un “dolor de cabeza” con el secuestro de
las 200 niñas y las bandas terroristas. Paquistán ha dejado de ser un
aliado seguro. Resultando todo, en que la estrategia norteamericana de
cambiar el mapa político del Medio Oriente ha fracasado, sumándosele
ahora la unidad lograda por las fuerzas contendientes en Palestina, lo
que afecta sobremanera las intenciones de Israel, principal aliado de
Estados Unidos en el área. Obama tropieza con la realidad de que
pretendiendo, supuestamente, eliminar el terrorismo, ahora tiene que
enfrentársele en todos los espacios en que trato de combatirlo y Al
qaeda, está a punto de desplazarlo de los espacios que antes conquisto,
amenazando también a Europa. La crisis en Ucrania marca la debilidad
creciente de Estados Unidos para cercar a Rusia, que gana Crimea y tiene
tomada por el cuello a una Europa que necesita su gas y no tiene otra
variante para solucionarlo. Por lo que veremos entonces, si el “General
Invierno”, no hace de las suyas en los próximos meses, obligando a
Ucrania a “cuadrar la caja con Rusia”.
5. Si observamos el panorama de la política exterior norteamericana,
todo parece indicar que Estados Unidos no logra exhibir ningún éxito
dentro de ella. No logra anotarse un tanto. Incluido sus fracasos en
America Latina y el Caribe. Por lo que no resulta difícil colegir, que
de todos los problemas de Estados Unidos en su política exterior, el
Caso de Cuba resulta ser el menos complicado para apuntarse algún logro.
Sobre todo si tomamos en consideración, que en la reciente reunión de
la OEA, casi todos los miembros de la organización le dijeron a Estados
Unidos, en su cara, que no puede haber otra Cumbre de las Américas, sin
la presencia de Cuba. En medio de una situación en la que CELAC, ALBA,
UNASUR, Petrocaribe, se consolidan, la integración latinoamericana y
caribeña tiende a consolidarse, mientras que la OEA despunta cada vez
más como un anacronismo en la región. Lo cual indica claramente que el
Sistema Hemisférico neocolonial, fundado por Estados Unidos con
posterioridad a la Segunda Guerra Mundial ha caído en bancarrota. Ya el
hemisferio no es el “traspatio seguro” de Estados Unidos.
Obama, no ha logrado cumplir una sola de las promesas políticas o
económicas que ha hecho durante su mandato. Y decursando su segundo
periodo, está en las peores condiciones para lograr dar un vuelco
estratégico a la situación.
Entonces, si Obama quiere anotarse algún logro en política exterior,
ahí tiene a Cuba para que lo intente. Sobre todo, si Obama, ya debe
tener claro, que su política hacia América Latina, pasa por la
reconciliación con Cuba. La que habiendo sido expulsada de la OEA en
1962, ahora tiene más prestigio en el hemisferio, que la mencionada
organización y Estados Unidos juntos.
Cuba, ha devenido entonces en el asunto menos complejo por medio del
cual Obama lograría anotarse algún punto en su fracasada política
exterior. Todos los demás asuntos son más complejos y difíciles de
solucionar, que los de la política hacia Cuba. Además, Cuba se ha
lanzado a desplegar proyectos económicos, que todo indica, están
resultando muy atractivos para el capital extranjero y el capital
norteamericano en particular.
No obstante, las contradicciones de la actual política norteamericana
hacia Cuba, no son solo con sus aliados occidentales, que ya no aceptan
el bloqueo, ni solo con su histórico “traspatio”, sino también
internas. Cuba ha comenzado a aparecer como un fracaso de política
Interna y ello se ha agudizado en los últimos meses. Produciéndose lo
que puede ser considerado como un reclamo masivo de sectores económicos
importantes dentro de Estados Unidos, qué ven como se les escapan las
oportunidades de relacionarse con Cuba.
Por lo que la política hacia Cuba ha estallado no solo a nivel
internacional, sino dentro de la propia política interna norteamericana.
Siempre hemos dicho, que aunque no es nada despreciable lo que Cuba
puede hacer para que la política de Estados Unidos hacia ella cambie,
pero, esta política, es en los Estados Unidos donde debe cambiar. Y ello
parece estarse produciendo a un nivel como nunca antes. Nunca había
existido un ambiente interno como el que se está produciendo ahora
dentro de Estados Unidos, en la formación de un consenso para que la
política hacia Cuba cambie.
Excepto la extrema derecha cubanoamericana, Obama prácticamente no
encontraría aliados internos, para seguir su actual política hacia Cuba.
No creo tampoco que los esté buscando ahora. Cuando, al parecer,
aparecen fuertes intereses e intenciones de cambiar la política.
Históricos aliados de la extrema derecha en la política hacia Cuba,
le han comenzado a decir, al Presidente, que tal política, por
fracasada, debe ser cambiada. Hasta Hillary Clinton, su antigua
secretaria de estado, le ha dicho que debe cambiar la política, echando
abajo el Bloqueo contra Cuba. Su actual secretario de estado Kerry,
también es partidario del cambio. Gentes como Negroponte le sugieren lo
mismo. Es amplia la lista de los que están pidiendo a Obama un cambio de
política hacia Cuba.
Si lo que Obama esperaba era un consenso para cambiar la política, ya
lo tiene. Los temores de cambiar la política hacia Cuba, pueden ser
mucho menores ahora. Porqué los que se opondrían, no cuentan ya con la
fuerza necesaria para crearle dificultades.
Al menos en la política hacia Cuba, la correlación de fuerzas que
Obama esperaba, para cumplir su tarea de dejarle la silla presidencial a
un demócrata en las próximas elecciones, ya se está produciendo de
manera creciente. No sería ya un problema para un futuro candidato
demócrata que Obama cambiase la política.
Además, la situación de Estados Unidos en política exterior tiende al
empeoramiento, la interna no mejora y con Cuba, esta última avanza en
sus intenciones de superar las dificultades internas, variable
fundamental, que sobre todo en los últimos años ha sido seguida muy de
cerca por Estados Unidos.
Es cierto que la situación de Cuba presenta aun sus incertidumbres,
pero Obama parece no estar en condiciones de esperar mucho tiempo.
Fracasos externos ya no puede acumular más; peligros internos le sobran y
en el hemisferio, como se dice, “ya la jugada esta cantada”.
Todo lo apuntado pone claramente de manifiesto que la política de
aislar a Cuba ha tenido un efecto contraproducente para Estados Unidos.
Resultando que es este último el aislado. Mientras que Cuba ha logrado
insertarse fuertemente en el mundo, particularmente en el hemisferio,
Estados Unidos se ha quedado como un tonto, “lamiendo” incansable y
furiosamente una “chambelona”, con sabor a bloqueo, que ya nadie sigue
ni respeta.
El caso de Alan Gross como ultima justificación, ya está agotado. El
presidente Obama debe saber, que sus argumentaciones son insostenibles,
que ni la propia familia las acepta, poniendo en manos de Obama, como
era de esperar, toda la responsabilidad de lo que pueda ocurrir. En
reciente artículo, ya le dijimos al Presidente, que no debe esperar más.
Gross es un hombre de más de 60 años, preso, alejado de sus familiares,
sobre el cual hay que tomar una decisión que beneficie su salida de
Cuba y no esperar por desenlaces lamentables que convertirían en
inoperante cualquier solución.
Obama acaba de cambiar 5 talibanes, terroristas de la peor clase, por
un oficial norteamericano prisionero, operación que ha resultado muy
cuestionada. ¿Qué espera Obama para canjear por Alan Gross a los 3
antiterroristas cubanos que llevan más de 15 años presos en cárceles
norteamericanas.
No creo que Obama piense que está sacrificando un ápice de seguridad
nacional ni del poco prestigio que ya tiene, por realizar ese cambio;
cuando está más que demostrado que lo único que haría sería quitarle de
encima al sistema de justicia norteamericana la vergüenza de haber
tenido presos a condenados en un juicio amañado y carente de toda
legalidad.
No se trata de que pensemos que Obama lo primero que puede hacer
seria levantar el bloqueo. No somos tontos ni ilusos; sabemos que ese
engendro transnacional, solo puede ser levantado por el Congreso. Pero
el Presidente cuenta con muchas facultades ejecutivas para aliviarlo,
mientras impone sus buenos oficios para que el congreso levante el
bloqueo.
Obama puede dejar de imponer multas y todas las restricciones que
aplica, como la de limitar los viajes de norteamericanos a Cuba. Y otras
tantas medidas que están dentro de sus facultades ejecutivas. Todas las
medidas restrictivas que G. Bush adopto contra Cuba no pasaron por el
congreso, lo hizo basado en sus prerrogativas presidenciales. Obama
puede hacer otro tanto con múltiples medidas que aliviarían las
restricciones y que no tienen que ser aprobadas por el congreso.
Consejos no le faltan al Presidente. El Informe “Lugar” del 2009, Los
Informes del “Cuban Study Group”, el Informe de Carter en su viaje a
Cuba y otros tantos rendidos por Senadores y hombres de negocio que han
visitado la Isla; más recientemente el Informe del Donahue, presidente
de la Cámara de Comercio de Estados Unidos. Todos le recomiendan a Obama
que ha llegado la hora de cambiar la política hacia Cuba y de levantar
el bloqueo.
Nunca respecto a la política norteamericana hacia Cuba había existido
un consenso tan amplio de cambiarla. No se trata de una iniciativa
presidencial, como la de James Carter y Walter Móndale en 1977, sino de
algo más amplio, que abarca a casi todos los sectores de la sociedad
norteamericana, lo que incluye políticos, académicos, congresistas,
hombres de negocio y personas dentro de la administración actual, hasta
llegar a muchos que nunca se caracterizaron por una actitud de cambio en
la política hacia Cuba.
Por supuesto, no podemos esperar que se trate de un cambio de
política para convivir con Cuba, sino para cambiar a Cuba. Se trata de
que respecto a la política seguida hasta ahora existe el convencimiento
pragmático de que es una política que no ha logrado los objetivos para
los cuales fue diseñada y es necesario cambiarla. Lo cual ya es un
logro, aunque no sea para abandonar sus esenciales objetivos. La vieja
política, con sus objetivos estratégicos, continuara viviendo dentro de
la nueva política, la que será solo nueva en cuanto a los métodos e
instrumentos a utilizar, pero nunca nueva en cuanto a los objetivos a
lograr con Cuba.
Casi todos, del lado de allá del Estrecho de La Florida están
convencidos, que Cuba ha logrado sobrevivir a los instrumentos y métodos
de la vieja política, pero también, de que no sobrevivirá a los
instrumentos y métodos de la “nueva política”. Pensar lo contario sería
una ilusión, pues lo que ahora tiene lugar es solo un cambio de táctica,
no de estrategia. La estrategia continúa siendo la misma: recuperar a
Cuba.
Por supuesto, no debemos esperar tampoco que los cambios de política
sean meramente cosméticos; no podemos engañarnos; los cambios serán
creíbles, porque lograr que Cuba los acepte como reales, creíbles, será
también parte de la nueva estrategia. Pues en la medida en que Cuba
acepte que los cambios son reales, ello será condición sinequanon, para
que entremos confiados en el túnel del retorno al área de influencia de
Estados Unidos.
Creo que Cuba, por su parte, no debe variar su estrategia, que no es
para hacer daño a nadie sino para evitar que le hagan daño. Cuba debe
continuar trabajando incansablemente por su fortaleza interna. Seguir
adelante con sus proyectos, sobre todo económicos y aceptar todo cuanto
los fortalezcan. Esa debe ser la medida, la “regla de oro” de la
política cubana en medio de las perspectivas de cambio que ahora parecen
estarse abriendo.
Como decía Pablo Neruda en su famosa poesía, “Tun tun quien es: la
paloma y el laurel; ábre la muralla “; tun tun quien es: el sable del
coronel; cierra la muralla “…al corazón del amigo, abre la muralla; al
veneno y al puñal, cierra la muralla…
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