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martes, 7 de agosto de 2012

LA CAPACIDAD DE FORJAR LA ÉTICA EN LOS JÓVENES

Por José Gilberto Valdés

Los errores de los jóvenes no son casuales, más bien causales.

Por tal razón, las generaciones precedentes están en la obligación de analizar las fisuras en la transferencia de valores éticos y humanos.  Aún con la balanza de las ideas inclinada por el peso de los muchos buenos comportamientos, asombra a las personas de experiencia acumulada cuando un novato da un traspié en el camino, sin que medie la mirada sobre el hombro o, simplemente, que la indiferencia del entorno  los haya convertido en aquel  sapo que se inflaba, se inflaba…

En cuestiones de ética periodística, más que un grupo de normas  impresas en un folleto, residente empolvado en alguna  gaveta o desordenado librero, para los hombres y mujeres de la prensa cubana la esencia está  en la militancia patriótica que nos enseña José Martí: A la patria no se le ha de servir por el beneficio que se pueda sacar de ella, sea de gloria o de cualquier otro interés, sino por el placer desinteresado de serle útil…


No se ha de olvidar los primeros tiempos de la Revolución en que los jóvenes se incorporaban a las redacciones de un periódico o radioemisora, con muchas ganas de hacer pero desmañados y poseedores de un mediano nivel escolar. Sobre la marcha se aprendió el ABC del periodismo, a costa de reescribir cuartillas una y otra vez, soportar regaños y asimilar críticas, quemar las pestañas por las noches en libros de gramática y técnica informativa.

Cada colectivo periodístico era, sin embargo, un crisol del pensamiento revolucionario, tan importante como la capacidad creativa, en el que se fundían los principios clasistas, objetividad y la responsabilidad en el manejo de la información de utilidad pública.


La idea de forjador de ideas revolucionarias no puede, en modo alguno, dejarse a un lado en las redacciones de los medios de comunicación, en estos tiempos de arribantes con suficiente academia en el empleo de la lengua materna, la técnica periodística, y las novedades del universo digital.

Los profesionales curtidos  por la pasión de lo que hacen al servicio del periodismo revolucionario, están obligados a contribuir a la capacidad para forjar el futuro de los jóvenes  que actualmente llenan vacíos y renuevan las redacciones de los medios de prensa.

Hay que promover en el colectivo un diálogo despojado de tribunas sobre opiniones sociales y políticas  como oportunidad para el crecimiento humano, la relación de confianza, y el contrapunteo de vivencias que a veces resultan lejanas a las nuevas generaciones.

Se trata de convocar a que los nuevos periodistas no sean contemplativos del diario acontecer, sino participativos con su evolucionada manera de pensar, con el placer de ser útil a la sociedad que no tuvo en cuenta sacrificios para contribuir a su formación profesional.

No se debe dar margen a las causalidades que  conduzcan a efectos predecibles en el ejercicio de la ética periodística.



(Con información de “Cuba: Ética y Periodismo”,  www.radiocubana.cu  y “Apuntes sobre la ética de José Martí”,  www.cubaperiodistas.cu)


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