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lunes, 27 de octubre de 2008

RECUERDOS DE LA CRISIS DE OCTUBRE

La adolescencia de José trascendió en el fragor de una Revolución in crescendo.

A la altura de sus doce años de edad fijaba en la memoria acontecimientos, que al pasar del tiempo insiste en la referencia de la anécdota personal cuando rememora la historia contemporánea de la nación cubana.

La tarde del 22 de octubre de l962 se sorprende en el barrio por la vorágine de hombres y mujeres que visten el pantalón verdeolivo y la camisa de mezclilla azul de los milicianos. Unos con mochilas, otros con paquetes bajo el brazo.

Como ocurrió en abril del año anterior, los rostros de los mayores son reflexivos, duros, denuncian que algo fuera de lo normal moviliza a todo el mundo.

Ese momento lo define la historia como la “crisis de octubre”

Alrededor de 300 mil cubanos habían tomado las armas en pie de combate. Del otro lado del mar, el presidente norteamericano John F. Kennedy había anunciado el bloqueo naval a la Isla y exigía el retiro de los cohetes soviéticos instalados en el territorio cubano.

¿Quién puede calcular realmente la reacción de un pueblo dispuesto a jugársela el todo por el todo ante un evidente ataque de los Estados Unidos?

José recuerda que a los movilizados en “algún lugar de Cuba” – como se decía en aquellas valerosas jornadas- se sumaban los trabajadores que se acuartelaban en las fábricas y centros laborales; los estudiantes -los “grandes”- hacían guardias en las escuelas; las mujeres ocupaban puestos de los que marcharon a las trincheras, y los revolucionarios que quedaban en el barrio tenían bajo ojo a la “gusanera” (reacción interna).

Fueron días de expectativas por la presencia de Fidel en la televisión y la radio, los combativos titulares de los periódicos y la noticia del derribo de un avión espía norteamericano.

Fueron días de enriquecimiento de nuestras posiciones revolucionarias, independentistas, cuando el conflicto se resolvió por el intercambio diplomático de soviéticos y norteamericanos, sin consultar la parte cubana.

Con el pasar de los años, la referencia a la Crisis de Octubre y la amenaza de una guerra nuclear, es resumida por José en el recuerdo de las palabras a de la carta de despedida del Che a Fidel:

“He vivido días magníficos y sentí a tu lado el orgullo de pertenecer a nuestro pueblo en los días luminosos y tristes de la Crisis del Caribe. Pocas veces brilló más alto un estadista...”

Al cabo de 46 años, muchos cubanos pueden reflejar semejante sentimiento, en su decisión a ser invulnerables desde el punto de vista ideológico y militar.

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