Por José Gilberto Valdés
A finales de la década
del sesenta en el pasado siglo, los
jóvenes cubanos no solo conocían noticias de la Europa Occidental relacionadas
con la banda de rock “The Beatles”. En mayo de 1968 se intercalaban en el flujo
informaciones el tema de las protestas estudiantiles izquierdistas contrarios a
la sociedad de consumo.
Aquel movimiento ¿generacional?
creció con las incorporaciones de partidos y sindicatos. El entonces presidente
Charles de Gaulle, que había estado avalado
por una situación financiera favorable, no había calculado que con el deterioro
de las condiciones económicas, las críticas al gobierno fuera secundado por nueve millones de
trabajadores.
«Estos sucesos se extendieron por la República Federal Alemana, Suiza, España, México, Argentina, Uruguay, Estados Unidos, Checoslovaquia e Italia, lo cual ampliaba la escala del antiguo refrán del siglo XIX afirmando que cuando París estornuda, toda Europa se resfría», según destaca Wikipedia.
El levantamiento
revolucionario que hizo temblar a una de las naciones europeas más
antiguas no fue, en modo alguno, un
acontecimiento espontáneo. Baste solo exponer, entre otros antecedentes
cercanos a la Guerra en Argelia, el descontento en las colonias de África, Asia
y América, la Guerra de Vietnam y el ejemplo de la Revolución Cubana.
Cincuenta años después Francia vibra como en l968. Las principales avenidas de
Paris se inundan de chalecos amarillos fosforescentes, un movimiento que
algunos califican sin líderes ni ideologías, pero ahí está la rebelión
callejera. En esta oportunidad, la protesta de las masas populares refiere medios de prensa internacionales tiene su origen en el alza de los carburantes,
por la pérdida del poder adquisitivo y las dificultades en el acceso a los
servicios públicos.
Los franceses solidarios con el disgusto de dos
camioneros y la dueña de un pequeño comercial han contado con las posibilidades actuales de las
redes sociales para movilizar a miles de
seguidores también afectados por similares adversidades, en tanto el presidente francés Emmanuel Macron adopta un grupo de medidas respecto
al salario y anulación de ciertos impuestos a jubilados, entre otros, que
representan “una vieja con colorete”, de esas que pasean por los Campos
Elíseos.
El gobierno que no sale del asombro acompaña estas
decisiones con fuertes chorros de agua, gases lacrimógenos, y encarcelamiento
de centenares de manifestantes desde mediados del mes de octubre.
Macron no
cederá ante conflicto de los “chalecos amarillos” se torna virulento en
territorio francés. Este mandatario es un reflejo más del pensamiento
neoliberal que retoma las sillas presidenciales
¿Cuáles serán las nuevas noticias?
FUENTES
FOTOS TOMADAS DE INTERNET
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