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lunes, 26 de noviembre de 2018

Fidel siempre en el Granma


Por José Gilberto Valdés
25 de noviembre de 1956. Pocos fueron testigos del inicio del viaje, pero la historia se ha encargado de multiplicar el acontecimiento, un símbolo de la Revolución Cubana. Cubierto con una larga capa, Fidel supervisa la carga de provisiones a la embarcación  bajo una lluvia intensa. La decisión de partir había sido tomada y los 82 expedicionarios se acercan en pequeños grupos.
El puerto de Tuxpan los despide. El plan era llegar a las costas cubanas el 30 de noviembre en una acción conjunta con un levantamiento de las fuerzas clandestinas en Santiago de Cuba.

La travesía por el mar Caribe, sin embargo, les hace una mala jugada con el mal tiempo y las roturas del motor del yate, al cual hay que sacarle agua con cubos. Con retraso llegan a las costas cubanas – Las Coloradas--. Desembarcan el 2 de diciembre. El terreno es fangoso y para llegar a tierra caminan varias horas, sobrecargados del peso de los avituallamientos de guerra. El enemigo incrementa la exploración aérea sobre quienes se había labrado el pensamiento de libertar a Cuba.
En Alegría de Pío, el 5 de diciembre, un ataque de los soldados del régimen de Batista dispersa el contingente revolucionario. Posteriormente, cuando Fidel recibe a Raúl pregunta:¿cuántos fusiles traes? 5 responde  Raúl y el dijo que con los dos que tenía ahora si ganamos la guerra.
Entre reveses y victorias trascurren años de lucha en las montañas. Todos están inspirados en la premisa estratégica que era derrocar militarmente a la tiranía y provocar con ello el colapso del régimen y la toma revolucionaria del poder, acontecimiento que remueve al mundo el primero de enero de 1959.
La lucha continúa por una sociedad de todos y para bien de todos, con Fidel en la proa. El destacado escritor y periodista uruguayo Eduardo Galeano (1940 -- 2015) fue sin dudas un amigo y así rememora la trayectoria del Comandante:
“Pero sus enemigos no dicen que no fue por posar para la Historia que puso el pecho a las balas cuando vino la invasión, que enfrentó a los huracanes de igual a igual, de huracán a huracán, que sobrevivió a seiscientos treinta y siete atentados, que su contagiosa energía fue decisiva para convertir una colonia en patria y que no fue por hechizo de Mandinga ni por milagro de Dios que esa nueva patria pudo sobrevivir a diez presidentes de los Estados Unidos, que tenían puesta la servilleta para almorzarla con cuchillo y tenedor.”

25 de noviembre de 2016. 60 años después el ¿último viaje? de Fidel en el Yate Granma. Noche aciaga para los cubanos de buena fe. En funciones de internauta revisaba  informaciones internacionales.  Otra vez textos y fotos en la pantalla del monitor, como decenas de veces anteriores, anunciaban el fallecimiento del Líder Histórico de la Revolución. Y como un nockcaut de Teofilo Stevenson reaparecía, sonriente,  con nuevas ideas y fotos de amigos, para dejar en al desnudo  a El Nuevo Herald, El Pais, o al  ABC entre otros paladines de la mentira.
La certeza de los tristes acontecimientos fue expuesto horas después por Raúl Castro, en un vídeo emitido por la televisión estatal.
 "Con profundo dolor comparezco para informar a nuestro pueblo, a los amigos de nuestra América y del mundo que hoy, 25 de noviembre del 2016 a las diez y 29 horas de la noche, falleció el comandante en jefe de la Revolución cubana, Fidel Castro Rus. En cumplimiento de la voluntad expresa del compañero Fidel, sus restos serán cremados en las primeras horas de mañana sábado 26.
Han pasado dos años y te imagino en la proa del Granma siempre con rumbo al futuro de hazañas heroicas. Así te siento Comandante, con tu eterno uniforme verde olivo, en mi pecho henchido de las ideas que casi a diario enseñaste maestro de revoluciones.
La Revolución Cubana ha resistido y existe por tus enseñanzas.

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