Por José Gilberto Valdés
Honor, ¡qué coincidencia! Por una parte, ese era el nombre de la goleta que transportó más de una veintena de revolucionarios hasta las costas orientales de Cuba, que con dignidad patriótica se disponían el 1 de abril de 1895 a reiniciar la lucha contra el colonialismo español.
Ya en la Isla, desde el 24 de febrero, viejas y nuevas generaciones habían tomado las armas, en la Guerra Necesaria organizada por el Partido Revolucionario Cubano que creó José Martí idea a idea, peso a peso, en el exilio y la tierra cubana.
La expedición partió desde Costa Rica, bajo la experimentada dirección de los generales Flor Crombet, Antonio y José Maceo, hasta la playa de Duaba, en Baracoa. Aun cuando se trató de desorientar a las fuerzas españolas, los historiadores afirman que en poco tiempo después del desembarco, el Titán de Bronce tuvo que organizar la defensa, con solo trece fusiles (Alto del Pino) para enfrentar a una columna enemiga, a la que ocasionó numerosas bajas.
La victoriosa acción ratificó el prestigio entre la tropa mambisa. Una parte de la expedición se quedó en la zona de Baracoa, en espera de otras expediciones de revolucionarios, mientras otro grupo encabezado por el general Antonio emprendía la marcha a través de los montes y lomeríos hasta Guantánamo, perseguido feroz y constantemente por los españoles.
A partir de ese momento se incrementó la lucha.
La noticia del desembarco se publicó en España el 3 de abril de 1895. Ese mismo día, el General Arsenio Martínez Campos con unos 20 MIL hombres embarcaban rumbo a Cuba. ¿Habrá pensado en ese momento en el trago amargo de Mangos de Baraguá?
Maceo otra vez, con la fuerzas de las ideas y del brazo asumía la defensa del honor de los cubanos
Honor, ¡qué coincidencia! Por una parte, ese era el nombre de la goleta que transportó más de una veintena de revolucionarios hasta las costas orientales de Cuba, que con dignidad patriótica se disponían el 1 de abril de 1895 a reiniciar la lucha contra el colonialismo español.
Ya en la Isla, desde el 24 de febrero, viejas y nuevas generaciones habían tomado las armas, en la Guerra Necesaria organizada por el Partido Revolucionario Cubano que creó José Martí idea a idea, peso a peso, en el exilio y la tierra cubana.
La expedición partió desde Costa Rica, bajo la experimentada dirección de los generales Flor Crombet, Antonio y José Maceo, hasta la playa de Duaba, en Baracoa. Aun cuando se trató de desorientar a las fuerzas españolas, los historiadores afirman que en poco tiempo después del desembarco, el Titán de Bronce tuvo que organizar la defensa, con solo trece fusiles (Alto del Pino) para enfrentar a una columna enemiga, a la que ocasionó numerosas bajas.
La victoriosa acción ratificó el prestigio entre la tropa mambisa. Una parte de la expedición se quedó en la zona de Baracoa, en espera de otras expediciones de revolucionarios, mientras otro grupo encabezado por el general Antonio emprendía la marcha a través de los montes y lomeríos hasta Guantánamo, perseguido feroz y constantemente por los españoles.
A partir de ese momento se incrementó la lucha.
La noticia del desembarco se publicó en España el 3 de abril de 1895. Ese mismo día, el General Arsenio Martínez Campos con unos 20 MIL hombres embarcaban rumbo a Cuba. ¿Habrá pensado en ese momento en el trago amargo de Mangos de Baraguá?
Maceo otra vez, con la fuerzas de las ideas y del brazo asumía la defensa del honor de los cubanos
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