Como cada 23 de diciembre, los cubanos tenemos un momento de reflexión en torno a la vida del patriota Ignacio Agramonte Loynaz (1841 - 1873). Hoy quiero compartir la evocación de José Martí en más de treinta ocasiones, en artículos y discursos, acerca de las virtudes del insigne camagüeyano. En modo alguno, el adolescente Martí pudo tener vivencias personales acerca de Agramonte quien alcanzó los grados de Mayor General en la Guerra de los Diez Años, sin embargo siguió paso a paso las huellas del héroe junto a otros mambises (combatientes) notables de la gesta independentista. Por esa razón, pudo la pluma martiana describir al Bayardo de la siguiente manera: "Por su modestia parecía orgulloso; la frente, en que el cabello negro encajaba como en un casco, era de seda, blanca y tersa, como para que la besase la gloria; oía más que hablaba, aunque tenía la única elocuencia estimable, que es la que arranca de la limpieza del corazón; se sonrojaba cuando le ponderaban su mérito; se le humedecían los ojos cuando pensaba en el heroísmo, o cuando sabía de una desventura; o cuando el amor le besaba la mano…" “Era como si por donde los hombres tienen corazón tuviera él estrella. Su luz era así, como la que dan los astros…”.
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lunes, 23 de diciembre de 2013
HÉROE SIN TACHA
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