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domingo, 24 de julio de 2016

Camagüey en la ruta de Fidel hacia la Historia



La fonda Los Venaditos, en un reparto de la ciudad de Camagüey, atesora el testimonio de la breve escala de Fidel y sus compañeros, cuando viajaban hacia Santiago de Cuba, el 25 de julio de 1953


Por José Gilberto Valdés

En la actualidad,  “Los Venaditos” es una pizzería, 
que sustituyó a la fonda de madera 
  en el antiguo reparto Garrido.
Una joven camarera se acerca a la mesa y dice:
--Como sugerencia del Chef tenemos “La completa del Comandante”
--¿Por qué el nombre? , indaga el cliente.
-- Es que en este lugar comieron Fidel y otros compañeros cuando iban para el Moncada…

La conversación transcurre en un amplio salón que invade la luz natural. La disposición de las mesas y un ambiente recreado con llamativos cuadros de venados corresponde al actual restaurant Los Venaditos, en el antiguo reparto Garrido, de la ciudad de Camagüey, en la centroriental provincia del mismo nombre.
La fonda de Manolo era preferida por sus oferta de comidas criollas.
El entorno actual en nada se parece a la fonda del español Manolo González Pérez, conocida por el mismo nombre y la oferta de buena comida criolla en la que hicieron escala para almorzar Fidel y sus compañeros al mediodía del 25 de julio de 1959, cuando viajaban en auto hacia la ciudad de Santiago de Cuba.
En aquella fecha, la fonda era una edificación de madera, pintada de azul, con un mostrador al fondo varias mesas. Teodulio Mitchel Barbán (fallecido)-- chofer del auto--, declaró en una entrevista para Juventud Rebelde  en el año 2007 que los viajeros unieron dos mesas  y Fidel propuso que se pidiera lo mismo para todos con el fin de reiniciar rápido la marcha en el Buick azul, con el techo color crema, por la Carretera Central.
 El 12 de julio de 1984, Manolo, el dueño de “Los Venaditos, declaró al diario provincial ADELANTE:  “Nadie sospechaba en lo que andaban. Yo me enteré al otro día, el 26 de julio, por la radio, que escuché la noticia del asalto al cuartel Moncada. Entonces nos dimos cuenta: ¡caramba! esta gente almorzó aquí”.
En sus investigaciones acerca de la alborada del 26 de Julio, el historiador Francisco Luna Marrero destaca que Camagüey  fue silencioso testigo del paso de los 153 futuros combatientes en las acciones revolucionarias planificadas en la región oriental de la Isla.
El mayor contingente, unos ochenta compañeros, se trasladó en autos, cuyos choferes solo conocían el destino, y cruzó la ciudad sin detenerse, el 24 de julio. Por su parte, el grupo que viajó en ómnibus Habana -  Santiago de Cuba hizo una breve escala en el antiguo Hotel Residencial (Puerto Príncipe), mientras que cinco utilizaron otras rutas interprovinciales y  pararon en el Hotel América. Por ferrocarril se trasladaban 17, entre ellos Raúl Castro, quienes hicieron una parada temporal ya en la noche en la Estación de Camagüey.
El auto en que viajaba el jefe de la acción armada contra campamentos militares de la tiranía de Fulgencio Batista, arribó en la noche del 25 a la ciudad de Bayamo, en la entonces provincia de Oriente. Se reunieron con los presuntos asaltantes del cuartel “Carlos Manuel de Céspedes”, quienes apoyarían las acciones principales del ataque  al “Moncada”.
En la madrugada del 26 de julio ya están todos en la Granjita Siboney, en  Santiago de Cuba. Se redacta el “Manifiesto a la Nación”. El poema “Ya estamos en combate” hace vibrar los corazones. La Generación del Centenario, seguidora de las ideas de José Martí, se dispuso a participar en un acontecimiento que cambió el curso de la Historia de Cuba, en los últimos 63 años.

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