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jueves, 6 de agosto de 2015

¡No más Hiroshima y Nagasaki!




Por José Gilberto Valdés
Ha pasado el tiempo y los hombres que deciden el futuro del mundo no han aprendido la lección. Esos gobernantes adoptan una posición inmutable frente a las imágenes del holocausto nuclear en las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, los días 6 y 9 de agosto del año 1945.
Los bombardeos a ambas ciudades  asesinaron a mansalva a 129 mil personas en el momento de las gigantescas explosiones en las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial  y la cuenta sigue, como consecuencia de efectos cancerígenos y otros padecimientos. La cifra no importa para esos mandatarios. La posesión del arma nuclear es motivo de chantaje y amenaza en la reafirmación de determinadas políticas.

Los objetivos elegidos por el aparato militar y gubernamental estadounidense eran de economía industrial y, en modo alguno, de concentraciones militares, por lo cual carecían de una amplia defensa antiaérea y no fue valorada suficientemente la presencia solitaria en aquellas mañanas de agosto de los aviones B-29, “Enola Gay” y  “Bock’s Car”, que lanzaron sobre las respectivas poblaciones las únicas  dos bombas nucleares existentes en el mundo.
Según un artículo de Rusia Today, a pesar de la devastación humana y natural que causaron ambos artefactos nucleares, a inicios del presente año se calculaba la existencia en el mundo de “un total aproximado de 15.850 armas atómicas repartidas entre nueve Estados: EE.UU., Rusia, Reino Unido, Francia, China, la India, Pakistán, Israel (aunque este no lo admite oficialmente) y Corea del Norte”.
“Incluso un limitado conflicto nuclear regional, por ejemplo entre la India y Pakistán, con el uso de solo 100 bombas del tamaño de la de Hiroshima, habría matado a unas 20 millones de personas de inmediato y los efectos secundarios, entre enfermedades, cambio climático y la respectiva hambruna, se cobrarán la vida de al menos 2.000 millones de personas alrededor del planeta”.
Sin dudas, quienes han propiciado la multiplicación y perfeccionamiento del armamento nuclear, en modo alguno no han aprendido la lección, o mejor dicho no le han prestado la menor atención a la mayor amenaza que gravita sobre la especie humana, y las consecuencias de las nubes de polvo y humo en disminución drástica de la temperatura que causará mayores daños inmediatos que el calentamiento global  en el planeta Tierra.
Fidel Castro, basado en las explicaciones del  investigador estadounidense Alan Robock, insistió en la necesidad de que la humanidad conozca que pende de un hilo. “Sencillamente se ignora, y me parece que tiene suficiente gravedad como para que se conozca y se divulgue”.

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