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sábado, 18 de julio de 2015

¡Alea jacta est! Cuba y EE.UU.


Carlos Manuel de Céspedes Quesada –hijo del Padre de la Patria-
 inauguró la representación diplomática  en 1917.
Por José Gilberto Valdés
Cuba ha reiterado que dará un primer paso definitivo en las relaciones con los Estados Unidos de América. Como expresa la locución latina: La suerte está echada. En la mañana del lunes 20 de julio ondeará nuevamente la bandera de la Isla caribeña y reabrirán las puertas como Embajada de Cuba la bella casona, renovada para la ocasión histórica, en la calle 16, Washington DC. Cesará la pausa de 54 años en los vínculos diplomáticos, plagados de fuertes tensiones.
Por su parte,  la ceremonia norteamericana de reapertura de la embajada se realizará en una fecha por precisar en la otrora sede del edificio cercano al Malecón en la Habana, donde radica la Sección de Intereses de los Estados Unidos (SINA)
Así, desde el primer minuto del próximo 20 de julio, los actuales jefes de las secciones de intereses, el cubano José Ramón Cabañas y el estadounidense Jeffrey DeLaurentis, pasarán a ser Encargados de Negocios al frente de embajadas plenas.


El Ministerio de Relaciones Exteriores (MINREX) ha informado que en la reinauguración de la embajada cubana asistirá 500 invitados, entre ellos una treintena de personalidades, el Consejo de Iglesias de Cuba, y representantes de la sociedad civil cubana,  encabezada por nuestro canciller Bruno Rodríguez Parrilla, primero en realizar una visita oficial a Estados Unidos en más de medio siglo.
Siete meses de diálogos respetuosos y recíprocos  han transcurrido desde el histórico  develamiento de los planes de normalización de las relaciones por los presidentes Raúl Castro y Barack Obama el 17 de diciembre del 2014, o el 17D como se difunde mediáticamente.
Desde entonces, han sido siempre favorables las conversaciones de las representaciones diplomáticas sobre variados temas de beneficio mutuo como la apertura de embajadas, la salida de Cuba de la lista de países terroristas, el aumento de los viajes y comercio, además de la puesta en marcha de otro grupo de medidas correctas del mandatario norteamericano, pero aun limitadas.
El camino emprendido es mucho más largo y complejo. Las intenciones de buena voluntad del presidente Obama chocan con opiniones divergentes de elementos conservadores sobre la retirada de sanciones impuestas por el Congreso, además de campañas ponzoñosas de la ultraderecha en Miami y la mafia anticubana, con su obsesión de levantar paredes y derrumbar puentes.
Sin dudas en torno al rumbo en las relaciones entre Cuba y Estados Unidos ha surgido un amplio debate entre amigos, observadores y contrarios. Lo cierto es que no serán normales, mientras se mantenga el bloqueo económico, comercial y financiero que se aplica hace 55 años en toda su intensidad contra nuestro pueblo.
Según se dio a conocer hace una horas en Addis Abeba, Etiopía, el estimado de las afectaciones del ilegal bloqueo a Cuba supera el billón 100 mil millones de dólares, al tiempo que el daño humano resulta incalculable.
Los cubanos hemos sido fuertes, con una histórica resistencia hemos enfrentado el sistema de sanciones unilaterales malamente llamado “embargo”, que puede estar expresado desde la entrega de una libreta escolar hasta el complejo  y moderno equipamiento médico. Tanto la educación como la salud son gratuitas en la Isla caribeña.
El MINREX ha señalado recientemente que nuestros reclamos en los vínculos bilaterales también comprenden la devolución del territorio ocupado por la Base Naval de Estados Unidos en Guantánamo, el cese de transmisiones radiales y televisivas ilegales hacia nuestro país y la eliminación de los planes promotores de la subversión y desestabilización interna.
El lunes 20 de julio, la bandera cubana se suma a las de más de 150 países con los cuales Estados Unidos tiene relaciones diplomáticas. Cuba cierra una primera fase y comienza otra más compleja en los puentes y diálogos de un largo camino. La suerte está echada: ¡Alea jacta est!

(Fuentes: Cubadebate, Cubasí, Las Razones de Cuba y otros)
Carlos Manuel de Céspedes Quesada –hijo del Padre de la Patria- inauguró la representación diplomática cubana en 1917.

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