Por José Gilberto Valdés
Cuando faltan unas horas para marcar el último día de enero
en el almanaque, recurro -pesar mío- a la manida frase: “El año se fue volando”. Podría,
incluso, iluminar mi rostro con una expresión
de asombro, en modo alguno simulada, cuando preparo la agenda de objetivos para
la próxima semana en Televisión Camagüey - INTERNET, y me doy cuenta de una fecha: dos de febrero.
Hace un año, los camagüeyanos estaban inmersos en la jornada
conmemorativa del medio milenio de la
otrora Villa de Santa María del Puerto del Príncipe. Además del orgullo por la
tradición histórica y cultural en una de las localidades más antiguas del país,
los lugareños pasaban balance a un conjunto de tareas realizadas en 36 meses
para remodelar y ambientar el patrimonio tangible de la ciudad.
En la sumatoria de ideas y proyectos que vieron la luz, más
bellos y funcionales, se encuentran edificios y viviendas, establecimientos
gastronómicos y de servicios, complejos comerciales como la Caridad y Santa Rosa, además de la
transformación total de las céntricas calles Ignacio Agramonte (con la novedosa
temática de cine) y las Maceo y República (convertidas en circuitos
peatonales), y la transformación de principales hospitales y centros de salud,
o un desolado embalse de agua convertido en
atractivo complejo recreativo.
Recuerdo en un artículo publicado en el blog El Lugareño alrededor
de fecha, la mención al trabajo coherente de los propios principeños, sin la
necesidad de un ejército de
constructores provenientes de otros lugares de la Isla, presupuestos financieros especiales o un halo
de misterio.
En aquel momento, despojado
del vestuario de profeta, afirmé “¿SE ACABÓ?: Claro que no. Aún nos queda mucho camino por
delante. Tendremos fechas de inspiración laboriosa por el abril de la victoria
de Girón, el proletario Mayo, el cambiazo en la historia cubana
provocado en Julio. El año 2014 aún es muy joven”.
En los posteriores doce meses, continuamos los camagüeyanos con
el pensamiento positivo sobre planes pendientes o en “algo” novedoso y
luego realizarlo sin mirar el reloj
hasta concluirlo en breves plazos. Muchas obras inauguradas dan fe de este
esfuerzo colectivo.
Tengo en este minuto la premoción de que el 500 más 1, tendrá un gusto agradable y
de satisfacción. Después continuamos con la mango al codo en la laberíntica
villa principeña.
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