Por José Gilberto Valdés
El 25 de diciembre siempre es pretexto para fortalecer
relaciones humanas, bueno por eso es Navidad. La costumbre de los cubanos, similar
a otros pueblos, permite en ese día actualizar las noticias en torno a la vida
cotidiana y, sobre todo, expresar muy
buenos deseos al prójimo.
Recuerdo a mi amplia casa
de tejas de barro en la zona céntrica de la ciudad de Camagüey como punto de
coincidencia para una tradicional familia de muchos “valdeses” y “aguilares”
que nos reuníamos para celebrar la fecha católica, extraída en un ajiaco de creencias
religiosas.