Por José Gilberto Valdés
Hace 125 años, el dominicano Máximo Gómez, uno de los robles
de la “Guerra de los Diez Años” y José Martí, puede considerarse representante
de los “pinos nuevos” que pretenden volver a empuñar el machete independentista
del yugo español, culminaban la elaboración programa político-militar de la
Guerra Necesaria.
En una humilde vivienda de apacible y pintoresco lugar de la
costa norte de República Dominicana, bautizado por Cristóbal Colón como
Montecristi (Monte Christy 1493), los dos hermanos de ideales: el prestigioso
general mambí y el hombre apasionado que había levantado voluntades para
reanimar la insurrección, firmaron y dieron a conocer el 25 de marzo de 1895 el
Manifiesto de Montecristi.
La convergencia de los líderes del alzamiento tiene el
objetivo de ajustar la trama conspirativa para incrementar la lucha en tierras
cubanas. Se propone que Gómez y otros viejos luchadores se sumen a las
operaciones combativas, en tanto Martí regresaría a New York, para asegurar
pertrechos, hombres y el apoyo propagandístico. El Delegado acata
disciplinadamente la decisión, pero no pudieron convencerlo en una segunda
oportunidad del análisis del escenario incipiente de la Revolución.
En el primer párrafo del Manifiesto a Cuba del Partido
Revolucionario declaran:
"La revolución de independencia, iniciada en Yara después de su preparación gloriosa y cruenta, ha entrado en Cuba en un nuevo período de guerra, en virtud del orden y acuerdos del Partido Revolucionario en el extranjero y en la Isla, y de la ejemplar congregación en él de todos los elementos consagrados al saneamiento y emancipación del país, para bien de América y del mundo...
Días después de su
rúbrica, se traspasan hábilmente las fisuras en el espionaje y las
manipulaciones diplomáticas de la metrópoli, para llevar el patriótico texto a
la imprenta fuera del suelo dominicano y distribuir, posteriormente, dentro de
Cuba y gobiernos latinoamericanos unos diez mil ejemplares del argumento para
estrechar filas en favor de la continuación de la guerra independentista.
Se actúa con mucha cautela para evitar indiscreciones, pero
impuestos de la premura de multiplicar el Manifiesto, incluso el Delegado da
instrucciones a sus colaboradores en New York que no se empleen los talleres de
impresión donde se editaba el periódico Patria. Aún estaba latente el revés del
Plan Fernandina, donde se incautaron los recursos previstos para una guerra de
corta duración en la Isla.
El Manifiesto de Montecristi formaba parte de la batalla
ideológica orientada por José Martí en los preparativos de la contienda:
“De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla a pensamiento.”
José Martí, Máximo Gómez y otros luchadores desembarcan en
la costa oriental de Cuba para el reinicio de la lucha independentista, el 11
de abril de 1895. Para el momento en que
ponen pie en tierra, toda la isla vibra desde el 24 de febrero por la nueva
clarinada en la contienda contra el colonialismo español.
Fuentes:
http://www.josemarti.cu/files/ElPRCaCuba.pdf
http://www.bohemia.cu/2010/03/01/historia/manifiesto-montecristi.html
http://www.bohemia.cu/dossiers/historia/maximogomez/gomez-manifiestomontecristi.html
http://www.lademajagua.co.cu/index.php/historia/7012-manifiesto-de-montecristi-un-documento-indispensable
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