Frondoso árbol en la esquina de mi casa |
Por
Armando Boudet Gómez (Tomado de www.adelante.cu)
Foto:
Otilio Rivero Delgado/ Adelante
Pasará largo tiempo para que los cubanos, pobladores de las islas caribeñas y
de la zona suroccidental del estado norteamericano de la Florida, para que
podamos olvidar el paso por nuestros territorios del huracán Irma, no solo por
los estragos que nos causó, sino también por las vidas que arrebató.
Considerado
por los especialistas como el más poderoso surgido en el Atlántico de los que
se conoce, Irma se ensañó con las pequeñas islas del Caribe, arrasando algunas
de ellas como Barbuda y Antigua, que son hoy campos de desolación y muerte, y
no menos hizo con el archipiélago cubano y la costa suroccidental de la
Florida, llegando a este último territorio con fuerza de huracán categoría 2 y
fuertes lluvias para luego azotar con vientos de tormenta tropical el estado de
Georgia y zonas aledañas.
En su
tránsito por las Antillas Menores, Puerto Rico, República Dominicana y Haití,
Irma había dejado hasta el momento no menos de 24 muertos, mientras en la
Florida, donde fueron evacuadas alrededor de 6 millones de personas se
contabilizaban alrededor de 5 personas fallecidas y varias desaparecidas.
Con Cuba,
el huracán con nombre de mujer se extremó azotando prácticamente todo el país,
donde solo tres provincias, de las 14 conque cuenta, y el municipio especial
Isla de la Juventud, no recibieron el impacto directo de vientos huracanados,
de tormenta tropical y severas inundaciones costeras, como la sufrida por la
capital cubana cuyas aguas penetraron profundamente, sobre todo en la zona del
conocido malecón habanero.
Irma
arribó al territorio nacional por Baracoa, en el extremo oriental del país, con
vientos de hasta 250 kilómetro hora y llegó con su impacto hasta Artemisa, en
la región occidental, donde batió con vientos de tormenta tropical y severa
penetración del mar.
Aunque el
tránsito del huracán por Cuba fue a lo largo de la costa norte, el radio de
acción de los vientos con categoría 4 de su ojo afectó parte del territorio
nacional y los de tormenta tropical, hasta 120 kilómetros por hora, azotaron el
resto del país, ocasionando estragos de consideración.
En su
mensaje a los cubanos el presidente Raúl Castro aseveró que los daños a la
economía del país son tan cuantiosos que todavía son imposibles de calcular,
concentrándose la mayor parte de ellos en el sistema eletroenergético nacional,
el fondo habitacional (miles de viviendas destruidas total o parcialmente) y en
la agricultura, cuya producción y sembradíos de viandas y vegetales sufrieron
afectaciones de consideración en miles de hectáreas de cultivo.
Importantes
instalaciones turísticas ubicadas en cayos de la costa norte así como los
llamados pedraplenes que los comunican con tierra firme, sufrieron los embates
de Irma, aunque se afirma que tanto los hoteles de esos lugares, como el resto
de las instalaciones y los servicios que le dan vitalidad, quedarán listos para
recibir la temporada alta de visitantes, que ya el pasado año sobrepasó los
cuatro millones de los que arribaron y el actual va por esa cifra o más.
También
en Cuba hubo de lamentarse la pérdida de vidas humanas, con diez fallecidos,
una parte de los cuales obedeció a que no observaron la conducta establecida
por la Defensa Civil para la protección de las personas, incluida la negativa a
ser evacuadas de las zonas o locales de peligro.
Ante el
desolador panorama, a pesar de las medidas preventivas adoptadas con
antelación, los cubanos no vamos a llorar al muro de las lamentaciones, sino
que ya, desde la última llovizna de Irma, nos lanzamos con el concurso decidido
del pueblo y todos los recursos disponibles del Estado, a recuperar, restañar
las heridas y alcanzar el firme propósito de construir un socialismo próspero y
sostenible, como el que nos hemos propuesto.
Agradecemos
las muestras de solidaridad que de todas las partes del mundo nos llegan, la de
los gobiernos, algunos de los cuales nos prometieron ayuda, los de muchas
instituciones y organizaciones y las de entrañables amigos que se declaran
junto a nosotros en estos momentos difíciles y de arduo trabajo.
La unidad
de todos los cubanos será la principal fortaleza para sobreponernos a estos
tiempos duros que se avecinan, nuestra capacidad de resistencia ha demostrado
que sabemos salir adelante ante las más adversas contingencias, ninguna persona
quedará abandonada a su suerte y con el ejemplo de nuestro líder histórico
Fidel Castro y su inquebrantable fe en la victoria, conquistaremos el
promisorio futuro que ya estamos construyendo.
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