Por José Gilberto Valdés
En la década del 50, el ambiente bucólico de la añeja ciudad
del Camagüey, en ocasiones se tornaba
inquietante por la presencia de un muchacho rubio, de mediana estatura y
complexión fuerte, convertido en alumno ejemplar de la asignatura de revolucionario.
Así es el Jesús Suárez Gayol que recuerdan los compañeros de clase.
Aunque
había nacido el 24 de mayo de 1936 en el poblado de Manatí (Provincia de Las
Tunas) gran parte de su vida transcurrió en la villa camagüeyana de tejas y
enmarañado trazado de las calles, enclavada en la parte centroriental de la Isla.
Poco antes de partir hacia el destacamento internacionalista del Che en Bolivia, escribió a su madre, el 2 de diciembre de 1966: “Cuando se es revolucionario verdadero, se siente la necesidad de servir a la Revolución desde los lugares más difíciles, en los puestos de vanguardia”.
Ese es el
sentido que le dio a su vida este hijo de asturianos radicados en Cuba.
Amante de
la ideas de José Martí no le fue difícil a este joven abrazar la lucha
revolucionaria emprendida por Fidel y la Generación del Centenario al asaltar
el cuartel Moncada, bastión de la dictadura de Fulgencio Batista, el 26 de
julio de 1953.
Jesús Suárez
Gayol asciende en su condición de revolucionario y se convierte en un líder de sus compañeros de estudios en el
Instituto de Segundo Enseñanza. Entre huelgas, mítines y golpizas de los
esbirros batistianos, hay acciones que sobresalen como el develamiento de una
foto del mártir Abel Santamaría, acto inédito en un plantel estudiantil cubano
de la época.
Los
trajines de la lucha lo convierten en uno de los fundadores del Movimiento 26
de Julio en la provincia. Nada lo detiene en su intransigencia revolucionaria y
posteriormente, como estudiante en la Universidad de la Habana recibe su bautismo
de fuego en una manifestación contra la dictadura.
En el año
1957 ya es combatiente clandestino, con una veintena de años de edad, y se ve
obligado por la represión del régimen a marchar a los Estados Unidos y, un año después,
en México se enrola en una expedición revolucionaria. Primero cumple misiones
en Pinar del Río, en el occidente de la Isla, y luego marcha
hacia centro del
país, a Las Villas, donde el Comandante “Che” Guevara lo recibe en las fuerzas
invasoras del Ejército Rebelde.
Con el
triunfo de la Revolución, en enero de 1959, al capitán Jesús Suárez Gayol se le
ve en otro tipo de lucha: garantizar la economía en una naciente sociedad popular,
socialista, y asume tareas desde director de empresas alimentarias y de
recursos minerales, hasta viceministro de la Industria Azucarera.
En 1966
recibe la ansiada noticia. El “Che” lo convoca
para el destacamento guerrillero internacionalista en Bolivia.
En la carta
de despedida a su madre, a quien solía decirle que era su “Mariana Grajales” subraya:
"(...) sé que mi madre es una revolucionaria en toda la extensión de la palabra y aunque sufra, porque eso es inevitable, en el fondo de su corazón aprueba esta decisión mía y se siente orgullosa de su hijo."
La primera sangre cubana derramada en territorio boliviano fue la del “Rubio”
Jesús Suárez Gayol, el 10 de abril de
1967.