Por José Gilberto Valdés
4 de enero 1959. Las primeras luces de la mañana volvían a iluminar los rostros eufóricos de los hombres y mujeres, jóvenes y niños, de la ciudad de Camagüey junto a los “barbudos” y colores verde olivos, banderas cubanas y rojinegras del Movimiento 26 de Julio, que transformaron los primeros días del año a la apacible vida provinciana de la villa.
Aquel domingo de enero traía consigo un acontecimiento especial con el arribo de los tanques y camiones de la Caravana de la Libertad encabezada por Fidel, que había partido en la madrugada del dos de enero desde Santiago de Cuba con rumbo a La Habana.
Tengo recuerdos personales de esos días cuando a los niños nos limitaron la algarabía fuera de la casa. Pocos autos transitaban. Más seguido que antes, los adultos escuchaban un ruidoso radio en la cocina. La familia acogía por las noches a jóvenes varones, parientes y novios, porque “la cosa estaba muy mala” para andar en la calle.
El nuevo año trajo un amanecer de abrazos, congratulaciones y palabras de aliento. De boca en boca, corrían las noticias Batista se fue…Fidel está en Santiago…Hay Huelga… Las fuerzas revolucionarias tomaban los cuarteles del enemigo, sin disparar un tiro. Sin embargo, en la ciudad de Camagüey se escuchan disparos aislados, sobre todo en las obras en construcción del Hospital Provincial, donde se habían ocultado un grupo de esbirros.
Desde el balcón de una escuela, Fidel se dirigió al público
(Tomada del libro “Caravana de la Libertad”)
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En esa oportunidad declara: “Yo me explico un poco la emoción del pueblo, la alegría delirante, solamente por lo cruel que fue la tiranía y lo inhumano que fue el régimen de Batista”.
En tanto, miles de camagüeyanos desbordan la Plaza de la Caridad, en espera de las palabras del Líder de la Revolución.
En el trascendental discurso, vibrante y patriótico, Fidel hizo un recuento del enfrentamiento popular a los siete años de la tiranía de Batista, que aterrorizó y humilló a los cubanos. Desde esa tribuna anuncia el fin de la Huelga Popular, al estar consolidado el triunfo revolucionario.
Además previene al pueblo del ritmo de transformaciones sociales que se avecinan, donde “el pueblo ganará todas sus batallas, porque el pueblo aprendió a ganar después de haber conquistado no solo la Revolución, sino el tenerla asegurada para sí…”
Aquí estamos, viejas y nuevas generaciones de camagüeyanos, listos para conmemorar el aniversario 54 del paso de la “Caravana de la Libertad”, en medio de batallas con sudor para con paso seguro renovar nuestro modelo socialista, de todos y para el bienestar de todos.
Que tanto sacrificio prospere para todos los cubanos, llegará el día de más felicidad, ya la tienen al no rendir cuentas a ningún imperialismo, ¡que viva la patria cubana, con Fidel y todos los que hicieron la gesta revolucionaria!
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