Como la muerte anda en secreto
y no se sabe qué mañana,
yo voy a hacer mi testamento,
a repartir lo que me falta
―pues lo que tuve ya está hecho,
ya está abrigado, ya está en casa.
Yo voy a hacer mi testamento
para cerrar cuentas soñadas.
("TESTAMENTO", de Silvio Rodríguez)
Por José Gilberto Valdés
El Comandante Presidente Hugo Chávez Frías desapareció físicamente, pero deja un trascendental y patriótico legado a los venezolanos.
Muchos no queríamos dar crédito a la realidad de los riesgos en la nueva batalla por la salud, según anunciaba el hombre de utopías realizables la noche del 8 de diciembre de 2012.
Por esa razón, todos nos sentimos consternados cuando decimos adiós al hijo de Bolívar destinado a cambiar la histórica política de su país y promover ideas transformadoras a todos los pueblos latinoamericanos.
Su huella imperecedera queda en la enseñanza de la manera de compartir las riquezas con los desposeídos. Puso las ganancias de la comercialización del petróleo para eliminar la pobreza extrema del país sudamericano.
Los venezolanos reciben la dote de una nación muy distinta a la de hace dos décadas. A pesar de las malquerencias de los adversarios internos y, por supuesto, los externos de Norteamérica, edificó un sistema de Misiones de salud y educación gratis, proveyó de bienes, viviendas y trabajo a los necesitados.
La obra revolucionaria de Hugo Chávez también se extendió a otros pueblos, con la fundación de la Alianza Bolivariana Para los Pueblos de Nuestra América y de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños.
En su mensaje poco antes de partir hacia nuevo tratamiento médico, el líder venezolano insistió en la necesidad de “fortalecer la unidad nacional, la unidad de todas las fuerzas populares, la unidad de todas las fuerzas revolucionarias, la unidad de todas las Fuerzas Armadas”.
En sus palabras, dejó entrever que si no hay unidad, la anarquía devorará a la Revolución Bolivariana.
Con claridad profética expuso la necesidad de garantizar, en cualquier circunstancia, la marcha victoriosa de la democracia socialista regida por la Constitución aprobada por el pueblo.
Para liderar la patriótica encomienda, Chávez pidió a los venezolanos que eligieran a Nicolás Maduro como presidente de la República Bolivariana de Venezuela. Igualmente, argumentó la capacidad de trabajo del joven vicepresidente y su reconocimiento internacional.
En una especie de acto jurídico para después de su muerte, en fin para “cerrar cuentas soñadas” - frase canción Testamento, de Silvio Rodríguez- el Comandante Presidente Hugo Chávez destacó: Hoy tenemos patria, que nadie se equivoque; hoy tenemos pueblo, que nadie se equivoque; hoy tenemos la patria más viva que nunca, ardiendo en llama sagrada, en fuego sagrado.
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