Por José Gilberto Valdés
valdes@tvcamaguey.icrt.cu
TREINTA Y CINCO AÑOS se cumplen de la declaración de la independencia de Angola. La guerra en ese país africano puede resultar lejana y extraña para muchos. El promedio de edad de quienes comparten conmigo no rebasa los 38 años. Yo forjé mi juventud en esas tierras y recuerdo las cosas como el primer día.
Corría el mes de noviembre de 1975 y los cubanos aguardaban con grandes
expectativas la celebración del Primer Congreso del Partido Comunista de Cuba. También en las calles circulaba un secreto a voces acerca del envió de combatientes para Angola, mientras que en las unidades militares, a ciertas preguntas se respondía: el compañero está pasando una escuela. Todos compartíamos un gesto conspirativo.
La realidad era que en los momentos en que Agostino Neto proclamaba la nueva república popular, internacionalistas cubanos participaban en los combates contra la invasión del norte, en la que soldados zairenses y mercenarios apoyaban a grupos contrarrevolucionarios. También al sur enfrentaban la penetración de tropas de la racista Sudáfrica que respaldaban a la UNITA.
Durante el Congreso del PCC, del 17 al 22 de diciembre de 1975, el Comandante en Jefe Fidel Castro destaca la ayuda al Movimiento para la Liberación de Angola (MPLA) y a su pueblo, en su lucha contra las tropas de África del Sur.
Al iniciar enero de 1976, en plena efervescencia de la lucha, una noche me citan a la unidad militar de la cual yo era reservista. Los jefes solo preguntan: ¿Está Usted dispuesto a cumplir voluntariamente una misión internacionalista? Yo estaba preparado para la respuesta afirmativa, aun cuando durante la travesía en un barco abundaba con los comisarios políticos la definición de internacionalismo proletario. De la trayectoria marítima recuerdo que se acercaron dos de los buques camuflados; se violaron medidas de seguridad cuando los hombres salen a cubierta y entre saludos comienzan a entonar el himno nacional cubano.
Pocos dias después en el propio puerto de Luanda se sacan de las bodegas tanques, cañones, camiones y los hombres bajan armados por la escalerilla. En la propia explanada se arman las columnas y marchan a los frentes de combate.
Según datos del investigador Benito Estrada Rodríguez, en su libro testimonio “Combatientes del Mayor” (1), en los primeros meses de la lucha, participan alrededor de 200 camagüeyanos que habían marchado como parte de otros contingentes cubanos. La cifra se multiplicó, posteriormente, con el Batallón de la Gloria Combativa Camagüey y otras unidades militares, integradas la mayoría por reservistas.
La Operación Carlota (2) es nombre de la prolongada y exitosa campaña internacionalista cubana que culminó en mayo del año 1991. Alrededor de 400 mil cubanos acudieron voluntariamente a brindar su sudor y sangre por el pueblo de Angola. Afortunados quienes no conocen el rigor y el sacrificio de la guerra. Dichosos quienes siempre la tienen en la memoria.
(1)El escritor alude al Mayor General Ignacio Agramonte, patriota insigne camagüeyano de la Guerra de 1868-1878 contra la metrópoli española.
(2) Nombre de la esclava que en 1844 encabezó una rebelión en Matanzas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario