Por José Gilberto Valdés
valdes@tvcamaguey.icrt.cu
“Primo” era el apelativo que expresaba el incomparable sentimiento de amistad entre los combatientes internacionalistas cubanos y los soldados angolanos durante los trece largos años de lucha contra los invasores sudafricanos y por la sostenibilidad de la independencia del país. Vale la pena, entonces, escribir: Gracias “Primo”. No podía esperarse otra cosa de ustedes. Cuanto se ensancha el pecho mientras se lee que el tercer Encuentro Africano de Solidaridad con Cuba quedó inaugurado en Luanda con un persistente llamado a Estados Unidos para poner fin al bloqueo contra Cuba y liberar a los cinco antiterroristas presos en ese país del Norte.
Un artículo publicado en www.cubadebate.cu destaca además que el primer vicepresidente de la Asamblea Nacional angoleña, Joao Manuel Gonsalves Lourenço, exigió se conceda de inmediato la libertad a los luchadores cubanos, que sufren injustamente largas condenas de prisión.
Cinco héroes: René, Fernando, Ramón, Antonio y Gerardo permanecen en cárceles de los Estados Unidos por luchar contra el terrorismo, no por la violencia, sino por la inteligencia.
Ahí están por el temor de los poderosos que pretenden dar cátedra de derechos humanos. Tienen miedo a la manera en que estos hombres mantienen en alto sus frentes, defendiendo a la obra de la Revolución, que no los olvida y reitera que volverán a estar junto a nosotros.
De estos cinco compatriotas, tres cumplieron brindaron desinteresadamente su sangre y sudor en misiones internacionalistas como parte de unidades de tanques en la República Popular de Angola. En 1977, está presente en esas tierras africanas René González Sehwerert, luego, en l987, lo hace Gerardo Hernández Nordelo, mientras que en 1989 participa Fernando Gonzáles Llort en esta tarea, también bajo la condición de soldado voluntario de la Revolución.
La colega Norelys Aguilera me escribía acerca de la historia y enseñamiento iniciada hace 12 años. Las autoridades cubanas comunicaron a las norteamericanas que entre los grupos violentos y terroristas de Miami se planeaba voladura de aviones de civiles en el territorio de Estados Unidos, entre otros crímenes y fechorías. Lo que hizo el FBI fue apresar a quienes habían obtenido tal información. Eran los cinco cubanos infiltrados en los grupos terroristas.
Se les ofreció la libertad a cambio de declararse culpables de espiar al gobierno de Estados Unidos con lo cual estos tendrían una pretexto engañoso para agredir a Cuba. Se negaron y admitieron la responsabilidad de infiltrarse en grupos terroristas. Ni terroristas confesos han recibido en Estados Unidos las condenas de cadena perpetua y largos años de prisión a la que fueron sometidos los cubanos en juicio amañado en Miami.
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